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Situado frente a la sala de conciertos filarmónicos de Liverpool, se distingue por su exuberante fachada de piedra tallada y su interior profusamente decorado.
John Lennon se había quejado en una ocasión de que la peor consecuencia de la fama de los Beatles era el “ya no poder ir a beber una cerveza al Phil”.
En un viaje en 2018 a la ciudad donde surgió el legendario grupo pop, su compañero Paul McCartney sorprendió a los clientes del local con un concierto improvisado.
Desde 1955 estaba clasificado como monumento histórico de segunda categoría, pero a partir de este miércoles 12 de febrero se suma en lo más alto de la lista del patrimonio a joyas arquitectónicas como el Palacio de Buckingham.
En opinión de Duncan Wilson, director general de Historic England, el organismo encargado de estas clasificaciones, el “Philharmonic Dining Rooms” es una muestra excepcional de la época victoriana.
Su paso a la primera categoría histórica “permitirá preservar su interior excepcional y su exterior” extravagante, ornado con florones en forma de obelisco, chimeneas, torretas y un balcón en la segunda planta, agregó.
Su puerta principal, formado por una reja de hierro forjado y dorado, está considerada una de las más hermosas obras modernistas de Inglaterra. En el interior del local, su barra en forma de herradura está rodeada de complejas vidrieras y chimeneas de caoba.
Su propietario, Eamonn Lavin, consideró esta clasificación en la cima del patrimonio arquitectónico del país como un “verdadero honor” para este edificio con “una historia muy rica”, visitado por “gente de todo el mundo” que viene a admirarlo y a “probar algunas cervezas”.
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