El rostro de la cantante fue de sorpresa al entrar y ver al lado derecho una sala de espera que tiene un jardín vertical en el fondo y a unos pocos pasos, una pecera que es una parada para muchos de pacientes y visitantes en donde se observa dos famosos peces payaso naranja y blanco, estrellas de mar y otras especies que se esconden entre rocas, y sin duda, cambian la visión de una clínica tradicional.
Y luego… al girar su cabeza a la izquierda, se encontró con dos salas pequeñas de reuniones, que tienen escrito en letras moradas su nombre y el de su mamá Monserrat Caballé, recordada también por su voz privilegiada y uno de sus episodios históricos, en el que cantó Barcelona, con Freddie Mercury, en la década de 1980 y que fue el himno de los Juegos Olímpicos en 1992.
La famosa soprano Martí Caballé ha recorrido el mundo con su talento. Su voz privilegiada le ha llevado a grandes escenarios y en muchos de ellos estuvo acompañada por su mamá, quien falleció el 6 de octubre, en el 2018. Una complicación de vesícula que terminó en un fallo renal, dijo la cantante, mientras contaba parte de su historia y destacaba lo comprometida que se sentía con este programa de apoyo, porque sabe en carne propia lo que significa esta enfermedad.
“Montserrat Martí Caballé está en Guatemala por ustedes”, dijo la fundadora de este proyecto Annelisa Castillo, mientras hablaba con los pacientes que esperaban su turno. Martí Caballé estaba a horas de presentarse en un concierto privado, para apoyar a esta organización guatemalteca y recaudar fondos para fortalecer el área de trasplantes.
A la cantante se le quebró por un momento la voz, al agradecer el gesto del nombramiento de las salas y en esta visita que los pacientes no esperaban, preguntó si querían escuchar una canción. La sala se lleno con su voz, al interpretar un aria de la ópera Don Gil de Alcalá, de Manuel Penella Moreno, llamada Todas las mañanitas.
Una letra llena de esperanza que dice “Otra vez vuelve al alma del sol la alegría y es su luz la esperanza de un nuevo día…Canta y no llores, corazón, no llores, ¡Ay! que la esperanza será la aurora de tus amores…”
Martí Caballé agregó que es importante apoyar a gente sin recursos. Recuerda además un familiar que ha tenido varios trasplante fallidos y la importancia que fundaciones como estas deberían ser apoyadas por el Gobierno, organizaciones privadas y por todos.
“Es importante ayudar, uno no sabe en la vida cuándo podrías encontrarte con dificultades y te gustaría ser apoyado”, dice la artista.
El concierto
El concierto privado se realizó para casi 100 personas. En él participaron la soprano y además Otto Thiel, músico guatemalteco que vive actualmente en Alemania y viajó al país para acompañar a su amiga Montserrat Martí Caballé.
Thiel, es un arpista y pianista que se graduó en el Conservatorio Nacional de Música Germán Alcántara. Tiene algunas décadas de vivir en Alemania y conoció a la familia Martí Caballé en el mientras presentaba nuevos talentos en Zaragoza, donde se realizaba un concurso internacional que llevaba el nombre Montserrat Caballé.
“Es una responsabilidad y una presión porque ella ha sido acompañada por grandes celebridades, pero por amor a Guatemala, el privilegio de tocar con ella y la noble causa de esta organización estaré con ella en el escenario”, dice el músico.
En la noche del martes 15, Montserrat se presentó junto a Thiel en el piano. Se programó el concierto con canciones de piezas dedicadas o del repertorio de Montserrat Caballé entre las que destacan Like a dream, Morgen, de Strauss y un bloque de Puccini, así como música española.
El concierto duró una hora exacta, en una cena de seis tiempos preparada por la chef Deby Fadul. El maridaje de vinos fue gracias al patrocinio de distribuidoras en Guatemala y un viñedo en Burgos, España, participó Paul Pinto, sommelier.
Un poco más de la organización
El proyecto se llama Fundación Amor. Ana Cristina Ramírez, vicepresidenta y fundadora de la organización, quien comenta que trabajan desde hace dos décadas están dedicados al acompañamiento del enfermo renal.
“Una obra de amor que nació después del trasplante de riñón de Annelisa Castillo”, comenta. Annelisa padecía del riñón desde muy joven fue diagnosticada con insuficiencia renal crónica, necesitando diferentes tratamientos sustitutivos que cumplían el trabajo del riñón hasta llegar al trasplante.
Annelisa conociendo a fondo la inversión económica y el desgaste que representa la enfermedad pensó en ayudar a otras personas necesitadas y junto a su familia y amigas crearon una fundación donde el paciente recibe terapias sustitutivas sin ningún costo.
Los pacientes renales, reciben tratamientos de por vida para sobrellevar la enfermedad. En mayo de 1999 nacieron a la vida jurídica y actualmente tienen más de mil pacientes al mes.
El proyecto ha crecido al punto de tener dos sedes, una en zona 10 y otra en la zona 9, divididos en diversos grupos. Además están los pacientes en protocolo para trasplantes y cuentan con un laboratorio de biología molecular para hacer pruebas antes de este procedimiento.
Otra de las labores que tienen es capacitar a los pacientes y sus familias para que conozcan cómo enfrentar la enfermedad y también de cómo crear proyectos propios para apoyarse económicamente.
Ramírez explica que esta enfermedad es muy difícil, “pero con una actitud positiva vamos a salir adelante y esa es nuestra mística nosotros queremos que los pacientes se fortalezcan y sientan que tienen un propósito en su vida y ayuden a otros pacientes como ejempo de fuerza”, agrega.
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