Escenario

El Museo del Ferrocarril tiene vagones que viajan en el tiempo

Varios gigantes de  metal duermen en las entrañas del Museo del Ferrocarril, en la zona 1, como esperando despertar de su letargo y rememorar sus años de gloria y trabajo. 

El Museo del Ferrocarril está en la 9a. Av. 18-03, zona 1. Abre de martes a domingo de 9 a 16 horas. Admisión, Q2. (Foto Prensa Libre: Ángel Elías).

El Museo del Ferrocarril está en la 9a. Av. 18-03, zona 1. Abre de martes a domingo de 9 a 16 horas. Admisión, Q2. (Foto Prensa Libre: Ángel Elías).

Locomotoras y vagones reciben diariamente niños y adultos que suben a sus espacios. “Mamá ¿Hace cuánto que no  camina este tren?”, pregunta un niño  mientras ve curioso a través de las ventanas de los vagones. La madre le contesta que alguna vez viajó a Amatitlán en uno de ellos, pero no da más detalles; solo sonríe, como si recordara algo bonito.

“De eso se trata este museo, de que la gente se acerque, recuerde y comparta con toda la maquinaria que tenemos. Son más de 60 mil personas que recibimos anualmente”, dice Harold Encalada, director del recinto que abrió sus puertas en el 2004 como museo.

“Tenemos mucho trabajo y planes para recuperar pieza y sitios para volver este un centro cultural. Queremos un teatro, habilitar otras áreas y recuperar locomotoras que están sin uso.  Es un lugar con tanta historia”, agrega.

En esta nota se hace un recorrido por sus piezas emblemáticas que guardan el corazón y la historia del país.

La primera vez

El ferrocarril llegó a Guatemala durante el  gobierno de Justo Rufino Barrios —1873-1885—. En una de las salas de exhibiciones se aprecia la fotografía del primer ferrocarril que funcionó en Guatemala que recorría  de Escuintla al Puerto de San José. Llevaba cargas de café, producto de exportación que impulsó Barrios. La foto está fechada entre 1877 y 1880.

Piezas para la historia

La locomotora 165, es una de 10 que venían a Guatemala provenientes de Alemania. “Ahora solo quedan dos. Esta llega cuando explota la Segunda Guerra Mundial en 1941 y fue un pedido especial de Ubico. Queremos recuperarla porque tiene una tecnología diferente a las versiones americanas de aquel entonces”, comenta Encalada.

Los viajes del presidente

El vagón de viaje de Jorge Ubico, presidente de Guatemala entre 1931 y 1944 mantiene sus piezas originales. “Lo usaba para viajar a los departamentos del país.  Ya para aquella   época se podía transportar desde Puerto Barrios hasta Ocós (San Marcos) con facilidad”, indica Encalada.

Para disfrutar en familia

El proyecto Tren de la alegría  nació  en 1997 y consistía en una serie de viajes que hacía entre la terminal de trenes —en zona 1— y Amatitlán. “El tren de la alegría era patrocinado por marcas comerciales y llevaban familias para disfrutar de días de recreación”, dice Encalada. En la actualidad se encuentra entre las piezas que necesitan restaurarse para su exhibición.

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