“De eso se trata este museo, de que la gente se acerque, recuerde y comparta con toda la maquinaria que tenemos. Son más de 60 mil personas que recibimos anualmente”, dice Harold Encalada, director del recinto que abrió sus puertas en el 2004 como museo.
“Tenemos mucho trabajo y planes para recuperar pieza y sitios para volver este un centro cultural. Queremos un teatro, habilitar otras áreas y recuperar locomotoras que están sin uso. Es un lugar con tanta historia”, agrega.
En esta nota se hace un recorrido por sus piezas emblemáticas que guardan el corazón y la historia del país.
La primera vez
El ferrocarril llegó a Guatemala durante el gobierno de Justo Rufino Barrios —1873-1885—. En una de las salas de exhibiciones se aprecia la fotografía del primer ferrocarril que funcionó en Guatemala que recorría de Escuintla al Puerto de San José. Llevaba cargas de café, producto de exportación que impulsó Barrios. La foto está fechada entre 1877 y 1880.
Piezas para la historia
La locomotora 165, es una de 10 que venían a Guatemala provenientes de Alemania. “Ahora solo quedan dos. Esta llega cuando explota la Segunda Guerra Mundial en 1941 y fue un pedido especial de Ubico. Queremos recuperarla porque tiene una tecnología diferente a las versiones americanas de aquel entonces”, comenta Encalada.
Los viajes del presidente
El vagón de viaje de Jorge Ubico, presidente de Guatemala entre 1931 y 1944 mantiene sus piezas originales. “Lo usaba para viajar a los departamentos del país. Ya para aquella época se podía transportar desde Puerto Barrios hasta Ocós (San Marcos) con facilidad”, indica Encalada.
Para disfrutar en familia
El proyecto Tren de la alegría nació en 1997 y consistía en una serie de viajes que hacía entre la terminal de trenes —en zona 1— y Amatitlán. “El tren de la alegría era patrocinado por marcas comerciales y llevaban familias para disfrutar de días de recreación”, dice Encalada. En la actualidad se encuentra entre las piezas que necesitan restaurarse para su exhibición.