Fue en esta importante pasarela que se vio a Jeremy Meeks, quien se hizo popular por ser nombrado el “preso más guapo del mundo”, luego de la publicación de su fotografía por parte de la policía de Stockton, California, Estados Unidos. Él fue condenado a 27 meses de prisión en el 2014 por posesión ilegal de armas de fuego.
Esa imagen se volvió viral, muchas mujeres lo elogiaron y se catapultó a la fama, al punto que varias agencias de moda le ofrecieron trabajo, pero la oferta de White Cross Management fue más atractiva. La firma lo fichó al salir de prisión.
A Cannes, Jeremy Meeks llegó ataviado con traje negro y una camisa del mismo color, la cual desabotonó para dejar al descubierto su torso tatuado.