Inaugurado el 19 de julio de 1895, el Teatro Municipal de Quetzaltenango alberga en su interior un escenario particular cuya acústica atrae a talentosos artistas nacionales e internacionales.
Desde su inauguración, su escenario ha sido utilizado por óperas, compañías de teatro, pianistas, ballets y un sinnúmero artistas que descubren siempre una magia en esta joya de estilo neoclásico.
El historiador Francisco Cajas relata que el edificio fue inaugurado sin fachada y la primera presentación fue de la ópera Ernani, a cargo de la compañía del señor Azzali, de Italia.
“En el Teatro Municipal se han presentado grandes compañías de óperas, operetas y zarzuelas que han venido de Europa y han ofrecido funciones en la Capital y otra en Quetzaltenango, esto por el grado cultural. El teatro ha sido el escenario de acontecimientos importantes, históricos, políticos, sociales y culturales de la ciudad”, añade Cajas.
Majestuosidad
Según registros históricos, la fachada del teatro fue construida años después de su inauguración con un estilo del Renacimiento Francés, pero a causa del terremoto en 1902, el teatro sufrió serios daños, por lo que se sugirió su demolición. Fue restaurado con estilo neoclásico el 21 de noviembre de 1908.
Augusto Ajca, maestro de historia y guía turístico, resalta que el edificio cuenta con columnas jónicas que se imponen al observar la fachada. También resalta que es un edificio simétrico.
“Es un edifico imponente colocado en una parte alta, para que las gradas le den esa monumentalidad. En el interior cuenta con una platea, que es la parte baja, y dos niveles de palcos. Estos últimos eran partes privadas para las familias que ayudaron a la construcción; eran lujosos. Afuera observamos dos esculturas de la mitología griega: Cronos, que representa el Viejo Continente, y Diana, que representa a América”, agrega Ajca.
Peculiar
Para Vanesa Rivera, artista y administradora del Teatro, la parte más encantadora del recinto es el escenario, donde los elementos arquitectónicos se combinan a la perfección con el talento para permitir presentaciones como pocas.
“Tenemos el deleite de contar con una joya del siglo XIX. Pocos lugares del planeta tienen la dicha de contar con un teatro como este. Puede aportar mucho para el desarrollo de las artes en Xela”, dice Rivera y añade que la particularidad del escenario y la acústica que causa asombro en los artistas se debe a su arquitectura, principalmente a la concha que rodea al escenario, y a una pileta de agua que se encuentra debajo de este.
Originalmente el teatro tenía capacidad para 1 mil 50 personas, pero en el 2012, después del terremoto de noviembre, la comuna emitió un acuerdo que prohibía el uso de la galería, por lo que la cantidad de público que permite se redujo a 600 personas.
Cajas también recuerda que durante el gobierno de Jorge Ubico el Teatro tuvo un momento de silencio, ya que el gobernante ordenó suspender el uso del mismo; de hecho, no se celebraron los Juegos Florales Hispanoamericanos que desde hace cien años permiten cada 365 días reunir en este edificio a poetas y escritores.
Transformación
En la actualidad se busca revitalizar el espacio de arte del Teatro Municipal, el cual en los últimos años ha perdido ese concepto. Rivera estima que el recinto ha empezado a ser visto como un lugar para comer y beber, lo que ha afectado a su verdadera función.
Para celebrar los 122 años del Teatro Municipal, este miércoles 19 habrá un concierto conmemorativo a las 19 horas. Donación: Q25.00.
Para ello, la administración ha creado dos espacios importantes, uno para los jóvenes y otro para los artistas quetzaltecos.
Cada viernes frente al teatro se ofrecen, desde este mes, presentaciones artísticas de jóvenes para jóvenes; además, cada semana, a partir de los próximos días, se celebrará el evento “Artistas en residencia”, el cual albergará presentaciones de artistas de Xela.
Asuntos pendientes
De acuerdo con Rivera, un aspecto importante para darle al teatro el valor que se merece es la población, pues considera que hay personas que saben valorar el arte; sin embargo, hay quienes acuden sin la mayor consideración, por lo que comen en el lugar y dañan las instalaciones.
“Soy positiva porque ya he visto que las personas cambian, uno les habla y reflexionan. Pasa una vez pero a la siguiente se compartan a la perfección, entonces creo que podemos hacerlo, podemos rescatar el teatro; es difícil porque no recibe mantenimiento desde 1998”, explica Rivera.
En cuanto a su infraestructura, hay muchos elementos del teatro que necesitan atención, como las luces o el cableado del telón, entre otras. Por esta razón Rivera busca la forma de que cada detalle pueda ser atendido, y así evitar que una joya arquitectónica de un gran valor se pierda.