Escenario

Investigador mexicano sale en busca del inframundo maya

El espeleólogo —que estudia la naturaleza, el origen y formación de las cavernas, y su fauna y flora— y arqueólogo mexicano Guillermo de Anda estuvo en Guatemala la semana pasada para impartir la conferencia Buceando el Inframundo Maya: Cuevas y Cenotes, en el marco de la exposición Los mayas y el agua, que se exhibe en el Centro de Formación de la Cooperación Española, Antigua Guatemala.

El mexicano Guillermo de Anda disertó una conferencia relacionada con los mayas y el agua. (Foto Prensa Libre: Ángel Elías)

El mexicano Guillermo de Anda disertó una conferencia relacionada con los mayas y el agua. (Foto Prensa Libre: Ángel Elías)

De Anda es uno de los principales investigadores de arqueología subacuática en el mundo. Ha trabajado proyectos de investigación en Yucatán, México, especialmente en el sitio arqueológico Chichén Itzá, todo relacionado con los cenotes —pozos de agua dulce creados por la erosión de la piedra caliza— y cuevas inundadas.

“Cada vez que sabemos más de los mayas, nos damos cuenta de que desconocemos mucho más”, dilo De Anda a Prensa Libre.

El experto habló con este diario sobre los misterios que encierran los cenotes.

¿Por qué son tan importantes los cenotes para la cultura maya?

Forman parte de su cosmovisión. La mayoría de las ciudades de las tierras de Yucatán y de Guatemala mantienen un culto particular al agua, a la naturaleza. Los cenotes fueron el punto medular de la fundación de las ciudades. A partir de ellos crecieron las urbes. Los mayas creían que era una conexión entre el mundo mágico, el mítico y la realidad, el inframundo y la tierra. Era su paisaje ritual.

¿Cuáles han sido los principales descubrimientos en los cenotes en los años recientes?

Existe una relación matemática entre los cenotes y las estructuras que los rodean. Además, en Chichén Itzá, en su Cenote Sagrado, que es el más conocido, se encontraron ofrendas de todo tipo, por lo que suponemos que la conexión religiosa era particular y llena de rituales.

Se habla de sacrificios humanos. ¿Puede describir este tipo ofrenda?

Hay que aclarar que este tipo de actividades no eran precisamente cotidianas. No mataban gente para luego arrojarlas en grandes cantidades a los cenotes. El sacrificio humano siempre estuvo ligado a una fecha especial o un acontecimiento particular —fin de un calendario o ciclos de cosechas—. Se han encontrado restos de hasta 200 cuerpos dentro de los cenotes. Se ha establecido que muchos de ellos eran depositados allí luego de ser exhumados; eso quiere decir que no eran necesariamente cadáveres los que allí ofrecían, eran enterramientos.

La muerte, el agua y las ofrendas… ¿Todavía existe esa relación con los actuales mayas?

El agua es vista como purificadora. Por ejemplo, en la comunidad maya-mexicana de Kanxoc, en Yucatán, los pobladores bañan a su difunto y con esa agua preparan el pozole —bebida espesa, a base de cacao y maíz—, que sirven en los actos funerales. Esto reafirma la relación entre la muerte, el agua y los mayas actuales.

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