La Navidad en Guatemala tiene sus particularidades, sus colores, sus sabores y sus texturas. Estas se impregnan en cada cuadro costumbrista en la ciudad.
Pinta felicidad en los niños
El payaso Barrilito pinta las caritas de los niños que se pasean por la Sexta Avenida, zona 1. “Me da mucha felicidad cuando se acercan a mí para que les pinte de colores el rostro”, dice sonriente. Barrilito, desde pequeño, aprendió el oficio de pintarcaritas y nunca se imaginó que este le daría muchas satisfacciones. “Me gusta hacer mi mejor trabajo para que la gente se vaya contenta y que comprenda que estas fechas son para estar en paz con la familia y principalmente regalar sonrisas a cualquier persona”, expresa con una gran sonrisa.
Los deseos de santa
“No hay nada más hermoso que la sonrisa de un niño cuando conoce a Santa Claus. Es como si un sueño se les hace realidad”, opina pablo Oliva, quien en estas fechas se viste de Santa Claus y se toma fotografías en un escenario que incluye una chimenea, un árbol decorado y unos sillones, en un sitio que simula una cabaña. “Los pequeños vienen a pedirme sus deseos. Muchos de ellos solicitan trencitos, carros a control remoto y muñecas”, dice con un rostro de satisfacción. “Creo que es lo más hermoso que se ofrece en estas fechas a los niños: un poco de felicidad e ilusión”, agrega, mientras se acaricia su blanca barba y emite el tradicional “Jo, j,o, jo”.
Renos en la Sexta
Valvina Hernández se dedica a vender artículos navideños desde hace ocho años. Los primeros días de noviembre comienza a buscar todos aquellos objetos que puedan ser de interés para estas fechas. “Es un gran trabajo”, comenta. Junto a sus hijos, Vanessa y Willian, ofrecen a los transeúntes del Centro Histórico diademas que simulan cuernos de reno y gorros de Santa.
Colorido local
Entre aserrín de colores, adornos para árboles navideños, pesebres, flores de pascua, musgo y tiras de manzanilla, Rosenda Farfán se instala en las cercanías del Mercado Central de la zona 1 desde los primeros días de diciembre, desde hace 35 años. “Antes la venta era abundante, pero ahora parece que el dinero no alcanza. Aún así vemos personas que vienen el 24 a hacer sus compras de última hora”, expresa.
Los vestidos de niño Dios
Con más de 40 años de tener una venta de trajes para el niño Dios, María Dolores Fuentes cuenta que este negocio fue heredado de su abuela, quien tenía un local en el que vendía aserrín de colores para los nacimientos. Actualmente vende artículos para el Niño. “Los llamados vestiditos de Jesús han variado con los años. Antes eran como faldones, pero ahora son más decorados, tejidos y bordados”, explica Fuentes. En su local, ubicado sobre la 7ma. calle, entre 7ma. y 10a. Av., también ofrece escarpines, faldones y piezas para pesebres.
Figuras de barro
Una tradición familiar se volvió la venta de Virginia Pérez, quien heredó de su suegra el local que ahora tiene más de 35 años. En este hay figuras de pastores, nacimientos, reyes magos, niños Dios, entre otros. “Con este negocio me ayudo económicamente y he sacado a mi familia adelante; es realmente una bendición”, expresa. Entre las imágenes más buscadas están los los pesebres hechos en Chinautla, los cuales son de barro. “Siempre piden los nacimientos que tienen a los personajes de María, José y el Niño, con vestimentas típicas”, indica Pérez.