Escenario

Gloria Hernández: “La literatura infantil abre puertas a la imaginación”

Muchos hermosos recuerdos de la niñez de la escritora, investigadora y catedrática universitaria Gloria Hernández están relacionados con las historias que le contaban sus abuelas. 

Gloria Hernández es autora de obras de narrativa, ensayo, teatro, literatura infantil y poesía. (Foto Prensa Libre: Brenda Martínez).

Gloria Hernández es autora de obras de narrativa, ensayo, teatro, literatura infantil y poesía. (Foto Prensa Libre: Brenda Martínez).

De ahí se derivaría el gusto por la literatura infantil, género con el que Hernández ha destacado en las letras guatemaltecas, parte de sus  méritos por los cuales, recientemente se incorporó como miembro de número de la Academia Guatemalteca de la Lengua (AGL).

Hernández es licenciada en Letras por la Universidad de San Carlos (Usac) y tiene una maestría en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Rafael Landívar. Es autora de obras de narrativa, ensayo, teatro, literatura infantil y poesía.

Algunas de las obras de esta escritora local son Sin señal de perdón, Ir perdiendo, Lugar secreto, Ojo Mágico, Pájaroflor, Leyendas de la Luna, Curiosabel, Ellos y La sagrada familia.

La entrevista

¿Cómo recibió la noticia de su elección como miembro de la AGL?

Con mucha alegría y sorpresa, tal vez es un poco prematura. Las personas que integran la Academia son de alta estatura intelectual y yo soy una aprendiz del idioma y de la literatura. Soy una persona que se dedica a estudiar y jugar con las palabras. Si me escogieron,  es mi oportunidad de  seguir aprendiendo y dedicarme con mucha más seriedad.

Debió haber impactado mucho en su vida el autor Daniel Armas —(1897-1984), autor de Barbuchín— para que fuera  tema del discurso de ingreso a la AGL.

Provengo de un hogar con  abuelas a quienes les fascinaba contar historias y con una mamá maestra. Historias, cuentos,  juego de palabras y  leyendas forman parte de mi infancia. Mi mamá me enseñó a leer y uno de mis primeros libros fue Barbuchín.  

Cuando estaba en la universidad, descubrí que Daniel Armas no solo había escrito un libro para niños, sino que  había toda una vida dedicada a  ellos y al estudio del lenguaje y formación de nuevos lectores. Cuando empecé a escribir obras  infantiles, me di cuenta de la  trascendencia de cultivar este género. Cuando escribo un libro, los lectores adultos pocas veces interactúan conmigo.

¿Y de los niños recibe retroalimentación?

He tenido la  suerte que  Alfaguara y Norma publiquen lo que escribo, y muchas veces ellos me invitan para que los niños vean que los escritores somos como cualquier persona. En una ocasión me recibieron más de 500 niños levantando un libro de mi autoría y aplaudiendo. Son experiencias que me permiten ver sus corazones, escuchar sus historias, apuntar sus pedidos y recibir sus cartas. Me han dado la certeza de que hay que motivar al niño mediante la literatura infantil. Esta  los humaniza, los vuelve  más abiertos,  prepara para la vida y  abre  puertas a la imaginación.

¿Cómo se puede promover el buen uso del idioma con este género?

Se facilita la adquisición de  vocablos, la comprensión más profunda de los temas y la curiosidad de buscar nuevas palabras.  

¿Cuáles son los personajes favoritos de sus libros?

Son los de Leyendas de la Luna,  un libro de leyendas reinterpretadas. Debido a que hay muchas versiones sobre, por ejemplo, La llorona o El cadejo,  inventé otras leyendas a partir de esas. Aunque les gusta mucho a los niños,  me han criticado  porque no provocan miedo. Uno de los personajes es El cadejito. Se narra cómo El cadejo nació de una perrita de la calle que  murió al dar a luz junto a sus otros cachorros. Solo sobrevivió El cadejito, que  era negro y que hubiera corrido con la misma suerte si no lo hubiera visto la estrella Sirio. Era una relación de amistad. Como El cadejito tenía enferma la vista, Sirio tomó dos cometas y se los puso  como ojos. Eso quiere decir que no son brasas del infierno, como se cree.

Mis personajes casi siempre  están en desventaja. Aunque no son héroes, pero   con imaginación y  voluntad logran pequeños triunfos cotidianos.

¿Cómo afecta la tecnología  el uso adecuado del idioma?

Ha puesto de manifiesto la necesidad de escribir con  más frecuencia que antes, por ejemplo, en las redes sociales; sin embargo,  por el afán de la inmediatez se acortan o se sustituyen las palabras, lo que hace muy difícil entender lo que se trata de transmitir.

¿Qué libros colecciona? 

Las mil y una noches, Alicia en el País de las MaravillasDon Quijote.

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