Escenario

Gloria Hernández, Premio Nacional de Literatura 2022: “Soy una niña que siempre se interesará por las historias”

Hernández se convirtió en la séptima mujer galardonada con el Premio Nacional de Literatura que ha sido entregado por 34 años. La autora llegó a este peldaño luego de transitar una carrera de dos décadas en la literatura infantil.

Gloria Hernández Premio Nacional de Literatura 2022

La autora debutó en el mundo de la literatura en 2022. (Foto Prensa Libre: Alejandro Ortiz López)

Desde el pequeño refugio que se hizo a temprana edad cuando empezó a leer clásicos como Don Quijote de la Mancha o Alicia en el País de las Maravillas, la guatemalteca Gloria Hernández sigue observando un mundo lleno de complejidades, diferencias y posibilidades.

A sus 62 años, y tras dos décadas inmersa en la escritura y la edición de textos orientados para los lectores infantiles, Hernández entiende las historias como una trinchera de la imaginación donde se permite entender los paisajes de la naturaleza humana, con todo y sus carencias, así como esperanzas.

Durante este tiempo, Gloria ha vertido sus nociones en cientos de páginas que se distribuyen en 24 libros que han sido publicados tanto en Guatemala como en El Salvador, Honduras, Colombia y otras latitudes donde sus lectores no superan los 18 años. 

Su afán como escritora de novelas, cuentos y poemas infantiles la ha llevado a dinamitar una historia oficial con el propósito de exponer los escombros de la realidad.

Su notable carrera, cimentada en publicaciones desde casas editoriales como Norma, Alfaguara o Magna Terra, provocaron que el jurado del Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias del Ministerio de Cultura y Deportes, volteara la mirada a sus textos y la galardonara a principios de noviembre de 2022 con la máxima presea de las letras guatemaltecas que se entrega desde 1988.

Días después de haberse convertido en la séptima mujer en la historia de Guatemala en obtener dicho reconocimiento, Gloria nos acerca en esta conversación a la historia de la niña que siempre fue y quien ha buscado darle sentirlo a su mundo todo a través de la palabra.

La infancia ocupa un lugar importante en su historia por los acercamientos que entonces tuvo con la literatura. Por otro lado, ¿Cuáles fueron algunos hechos adolescentes que moldearon su atención por las letras?

En esa transición tuvo que ver mucho mi encuentro con una nube de circunstancias donde veía la correspondencia entre varias cosas que las personas hacían y predicaban. Estaba consciente que muchas de ellas no eran fieles a lo que supuestamente creían, y eso me llevó a ser más observadora de las dinámicas humanas.

Otra cosa determinante en esa época fue encontrar personas que me hicieron ver la vida de otra forma. Durante básicos tuve de maestra a la doctora Walda Barrios, que fue una de las grandes sociólogas del país. Ella tenía una particular manera de despertarnos. Siempre nos preguntaba si estábamos seguras de lo que decíamos y nos decía que no siempre podíamos afirmar cosas “a tontas y a locas” sin una certeza. Esto me enseñó que las palabras tienen mucho poder y que debía ser más cuidadosa con la información que manejaba.

También mi maestra de Literatura tuvo gran influencia en mí porque me presentó a Shakespeare, Emily Dickinson, Robert Frost, Hemingway, Steinbeck… Autores que me mostraron otra manera distinta de escribir.

Gloria Hernández Premio Nacional de Literatura 2022
Hernández con el reconocimiento del Premio Nacional de Literatura. (Foto Prensa Libre: Alejandro Ortiz López)

¿Fueron sus primeros ejercicios de escritura autoral durante aquella época?

Empezó con los diarios. El más antiguo que tengo data de cuando tenía 15 años y ahí están consignados un montón de temas. Creo que hay una diferencia entre los diarios reales y los de escritores que se sabe serán publicados eventualmente. En mi caso se trataba de lo más puro y crudo sin ningún tipo de pretensión literaria. Eran una forma que utilizaba para dejar ir muchos sentimientos, incluso de odio.

¿Cómo fue el salto de esas autorreferencias a la escritura de narrativas para otros lectores?

La decisión no la tomé yo conscientemente y creo que si hubiera tenido que suceder de manera consciente, tampoco habría ocurrido. Durante la carrera de Letras había leído sistemáticamente y fue cuando tomé la decisión de nunca escribir. Sentía que había años luz entre lo que yo podía escribir y lo que habían hecho genios como Cardoza y Aragón, Miguel Ángel Asturias, una Luz Méndez de la Vega, Alaíde Foppa…Era gente de gran estatura en las letras.

Sin embargo decidió crear un mundo desde la literatura apuntado a una audiencia infantil. ¿Cuáles cosas suyas encuentra reflejadas en la niñez?

Para responderlo puedo tomar en cuenta El ojo mágico, uno de mis primeros libros. En la historia cuento la historia de esta pequeña niña que desea ver el mundo con una cámara. Creo que a lo mejor, yo hubiera querido ser ella.

La niña tenía miedo de enfrentarse a la posibilidad de la fotografía y ese miedo tal vez también era el mío. Puedo decir que en la novela desnudé ese afán, pero que venía de mi pasión por el juego. Siempre estoy jugando en mi mente y es algo que incluso me ayudó a criar a mis hijos. Al momento de ser madre no sabía cómo llevar a cabo esa responsabilidad y lo logré tomando en cuenta el juego.

Gloria Hernández Premio Nacional de Literatura 2022
En dos décadas, Gloria ha publicado 24 libros con editoriales nacionales e internacionales como Norma y Alfaguara. (Foto Prensa Libre: Alejandro Ortiz López)

¿Hay algún reto en dosificar el lenguaje que venga de la comprensión adulta y que se orienta a los lectores infantiles?

Es verdad que la literatura no tiene un lector ideal, pero la infantil sí. En mi caso, busco atenerme más a los temas que al lenguaje. En ese último aspecto, que es lo más fluido, busco no usar diminutivos. Veo como una falta de respeto la abundancia que puedan tener porque los niños entienden el lenguaje de la forma más literal, y lo cierto es que uno no habla así.

En mi caso, busco dar un lenguaje rico. Utilizo el mismo para escribir un poemario lleno de dolor como uno lleno de experiencias profundas a nivel existencial. Creo que en el caso de la literatura infantil es importante se presente el lenguaje con toda su belleza, riqueza y posibilidades para nombrar las cosas.

A sus 62 años, ¿Cómo se percibe respecto a esa idea que apunta que todas las personas llevamos “un niño interior”?

Toda la vida he tenido esta percepción de mí misma como alguien que está en crecimiento. Tal vez por eso me equivoco, y a veces entro en dramas y roles de adulto tan complicados que derivan problemas. Siempre hay una parte mía que se dejará llevar por la curiosidad y por el juego; a lo mejor por una candidez que acepto ya no me corresponde debido a esta edad, pero que tampoco puedo evitar.

Soy una niña que siempre se interesará por las historias. El mejor regalo que me pueden hacer es el de contarme una buena historia, sin importar que sea buena, mala, triste, chistosa o de miedo. Cuando la escucho, siento que están contándosela a mi niña.

¿Por qué ese amor a las historias?

Porque me presentan nuevos paisajes no solo físicos, sino humanos. Me enseñan una carencia, una tristeza, una frustración, y cómo las personas resolvieron sus problemas me genera una curiosidad tremenda.

Se ha convertido en la séptima mujer en recibir el Premio Nacional de Literatura y que además, escribe desde la literatura infantil. ¿Qué opina sobre esta intersección premiada?

Ha sido una gran sorpresa ver tanta difusión y la calurosa acogida de muchos lectores con quienes no me relaciono. También ha habido varios colectivos de escritores, escritoras feministas, de fuera de la capital y también jóvenes. Si bien he llegado a distribuir más de 50 mil ejemplares de mis libros, no tenía idea de la cantidad de personas que han tenido experiencias con las historias. Ha sido hermoso tener tanta interacción.

No creo que sea un aplauso o una celebración para Gloria Hernández. Sinceramente, la considero como una concelebración de la esperanza que nos da el arte, la literatura y la palabra. Se está celebrando el arte, porque nos hacen falta noticias buenas y esta es una de ellas. La literatura todavía es digna de consideración y de aprecio por parte de una sociedad.

Gloria Hernández Premio Nacional de Literatura 2022
Gloria Hernández en su biblioteca con el libro ‘Alicia en el País de las Maravillas’ que posee desde su infancia. (Foto Prensa Libre: Alejandro Ortiz López)

¿Cómo ve Gloria este premio frente a un país que suele estar enraizado en dinámicas donde las mujeres son blanco de distintas formas de violencia?

Lo celebro profundamente y lo recibo en nombre de todas las mujeres que están escribiendo y que van más adelante en mi camino y las que vienen atrás. Por supuesto que hay muchos escritores que también merecen el Premio Nacional de Literatura, pero esto es una forma de decir que las mujeres estamos poniendo nuestro cuerpo y trabajo para hacer un aporte a la literatura. Creo que eso es muy loable.

Más allá del género, ¿Cuál diría es la importancia y necesidad de crear registros literarios en este país?

Me parece que es esencial escribir en Guatemala porque se está haciendo la crónica de la historia desde un punto de vista no oficial. Considero que muchas veces en los libros, en las novelas, en los cuentos está registrado lo que realmente sucede en nuestro país y en nuestra sociedad. Ahí están todas nuestras miserias, nuestros hallazgos a nivel personal, como sociedad… Ahí está plasmada esa historia que no se cuenta.

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