En 2004, Toho dijo haber rodado su última película de Godzilla, la número 28 de una serie centrada en este monstruo creado con radiactividad, y que empezó a destrozar ciudades en el mundo cinematográfico en 1954.
LEA TAMBIÉN: Regresa Godzilla
Con el paso de los años, las películas sobre el gigantesco reptil perdieron popularidad, incluso entre los aficionados japoneses. Pero la más reciente entrega estadounidense recibió críticas relativamente positivas en el país asiático, a diferencia del Godzilla de Hollywood de 1998, dirigido por Roland Emmerich, que los fans más puristas odiaron.
El estudio nipón señaló que su decisión de revivir a Godzilla se debía los avances recientes en la tecnología de gráficos creados por computadora.
Prevé estrenar su nueva cinta de Godzilla en 2016, antes de que Edwards saque su segunda parte para Legendary Pictures y Warner Brothers en 2018.
|LEA TAMBIÉN: Todo listo para la Comic-Con|
Toho no ha seleccionado a un director para la película.
La compañía con sede en Tokio, que tiene los derechos de Godzilla, se negó a decir si volverá a usar a un hombre disfrazado con un traje de goma como lo hizo en el Godzilla original, si usará sólo efectos computarizados o una combinación de ambos.
Películas japonesas como la más reciente de Toho, Parasyte, sobre criaturas extraterrestres que se apoderan de cuerpos humanos, usan tecnología sofisticada de gráficos computarizados, aunque será difícil para Toho igualar la magia de Hollywood.
La ampliamente alabada cinta en blanco y negro original de Godzilla fue dirigida por Ishiro Honda.
Otros directores asumieron las cintas japonesas subsiguientes sobre Godzilla, que a veces se tornaron absurdamente cómicas al ponerlo a luchar con monstruos caricaturescos.
Godzilla, o “goyira” , como se pronuncia en japonés (una combinación de las palabras “ballena” y “gorila”) era una mutación que emergió del Pacífico debido a pruebas nucleares.
El enorme reptil se ha abalanzado sobre todos los edificios famosos de Japón, incluyendo la Torre de Tokio y la sede del Parlamento. Japón, la única nación del mundo sacudida con bombas atómicas, tiene una debilidad por la criatura lanza fuego como representante del sufrimiento desatado por las armas nucleares.