Al notar su oído musical y su facilidad en este campo, recurrieron a la maestra de canto Angélica Rosa. Ella les dijo a los padres que las voces de los chicos eran como gotas que cuando caen irradian luz. Sus voces, dijo, eran “Gotas de luz”.
Desde entonces, así se llamó y quedó conformado, en 1999, el quinteto integrado por Marco Daniel, Christian, José Carlos, Ángel Estuardo y Julio Alberto Hernández Monzón, que hoy tocan más de 35 instrumentos y viajan por el mundo para transmitir un mensaje de amor con su música.
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Nuevo trabajo
Varios son los reconocimientos que los cinco jóvenes han obtenido por su talento. Han ganado cinco campeonatos mundiales de música cristiana y un premio al arte en Hollywood.
Además, el presidente estadounidense Barak Obama los declaró Niños prodigio.
Más allá de los reconocimientos, su misión es tener una influencia positiva en la juventud a través de su música y demostrar que con gran disciplina las metas se pueden lograr.
“Queremos llevar un mensaje de amor y decirle a la juventud que Dios existe. Cada hogar es un pedacito de cielo”, expresó Christian, de 18 años.
Los virtuosos hermanos residen actualmente en Nueva York, Estados Unidos, en donde continúan con sus estudios musicales.
Esperan tener listo para mediados de este año tres trabajos discográficos para agregar a los siete volúmenes que ya tienen.
