“Gramática”: Este término tiene varias aplicaciones, pero las dos que aquí interesan son el estudio de la estructura de las palabras y de cómo se unen estas para formar oraciones (morfología y sintaxis) y luego la “gramática normativa”, que indica cuáles son sus usos correctos y su combinación adecuada en las oraciones. La “morfología” es el estudio de la estructura de las palabras: el género y número de los sustantivos, pronombres, adjetivos, participios y su respectiva concordancia; la flexión verbal; los verbos regulares e irregulares; la composición de las palabras: raíz, prefijos, sufijos; las palabras compuestas, etcétera.
La “sintaxis” estudia la coordinación de las palabras para formar oraciones y por ella conocemos las diversas partes en que se divide una oración, para lo cual es necesario su análisis sintáctico: A grandes rasgos: El sujeto explícito o desinencial, el modificador directo o indirecto del núcleo del sujeto, el predicado con sus objetos, o complementos: directo, preposicional, indirecto y circunstanciales, para explicarlo en una forma muy sencilla y sin confundir. También por la sintaxis se conoce la coordinación entre sujeto y predicado, y la forma en que esta varía cuando se trata de oraciones con verbos copulativos; las impersonales; las pasivas reflejas… y mucho más aún, pero para ello es necesario adentrarse demasiado en la sintaxis.
Pongo ejemplos simples de morfología y de sintaxis para ayudar a su comprensión: De morfología: en “la hermosa chica” concuerdan el artículo “la”, el adjetivo “hermosa” y el sustantivo “chica”. En “La cocinera cuece la pasta”, el verbo irregular “cocer” se conjuga con la diptongación “ue” obligada en las tres personas del singular y las dos terceras del plural del indicativo y del subjuntivo, tiempo presente, amén del imperativo (tú) cuece, o si voseamos (vos) cocé. En la sintaxis en este ejemplo tan sencillo analizamos la oración: “La cocinera (sujeto con su modificador directo “la”) cuece (núcleo del predicado) la sopa (objeto directo) que puede conmutarse por “la cuece”.
La ortografía es harina de otro costal: El DRAE registra la palabra así: “Conjunto de normas que regulan la escritura de una lengua…”. Eso significa no escribir vurro ni poyino ni otras atrocidades, en especial en las redes sociales.
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