El documento, más allá de regresar en su lengua original a Guatemala y servir para procesos legales, “certifica la presencia de las autoridades indígenas”, explicó Chavajay.
Es una copia exacta de los 48 folios numerados “de 31,3 por 21,6 centímetros, escritos en ambas caras, probablemente por la misma mano, en tinta negra, en buena letra legal y del siglo XVI”, lo que la distingue sobre otras ediciones traducidas al castellano disponibles en librerías en el país.
El Memorial de Sololá “es una narración fiel de cómo surgen estructuras de los capules o cantones”, abundó el coordinador del proyecto, y añadió que ayudará a la comunidad en temas legales como repartos de tierra y en investigaciones antropológicas.
El vicerrector de la Universidad de Pennsylvania, Carton Rodgers, fue el encargado de entregar el legado al pueblo kakchiqkel, representado por el alcalde indígena, Tomás Saloj.
Según un comunicado compartido por la agrupación, el manuscrito será expuesto públicamente en el pueblo de Sololá, quedará resguardado en las instalaciones y “estará disponible para la consulta de académicos, investigadores o personas interesadas”.
El manuscrito original se conserva en la “sección Guttemberg” del museo de la Universidad de Pennsylvania.