Escenario

Jacob Nitsch, trompetista de Malacates, cambia vidas con su música

El músico Jacobo Nitsch, integrante de Malacates Trébol Shop es un destacado intérprete, compositor y arreglista que promueve la educación artística en el país.

El músico Jacobo Nitsch sorprende a ritmo de la trompeta. (Foto Prensa Libre: Pablo Juárez Andrino)

El músico Jacobo Nitsch sorprende a ritmo de la trompeta. (Foto Prensa Libre: Pablo Juárez Andrino)

El hombre que hoy es el destacado trompetista guatemalteco Jacobo Nitsch Velásquez, de 39 años, es producto de dos grandes enseñanzas que recibió en su hogar. Por un lado, su padre le mostró la belleza de la música, mientras que junto a su familia entendió la importancia de la labor social para cambiar la vida de las personas menos favorecidas.


Durante su carrera, el músico, conocido por integrar la agrupación Malacates Trébol Shop, ha sabido combinar ambas pasiones, y ha destacado como artista y como promotor cultural a nivel nacional e internacional. 

Como un académico de la música, Nitsch se ha forjado una brillante trayectoria que lo ha llevado a recorrer el mundo junto a su trompeta. Su profundo estudio de esta disciplina, combinado con el perfeccionamiento de su técnica, ha causado que las melodías de su instrumento hayan sonado en varios  países, lo que él traduce como un cúmulo de experiencias que lo han llevado por un camino al autodescubrimiento.

En ese trayecto siempre ha estado presente la proyección social, ya que el trompetista ve a la música una herramienta que puede generar cambios positivos en las comunidades. Por eso centra gran parte de sus esfuerzos en promover la enseñanza musical en los rincones de Guatemala, labor que por un breve periodo intentó llevar a cabo desde un cargo público durante los últimos meses del Gobierno de Otto Pérez Molina y también mientras Alejandro Maldonado estuvo en la presidencia, pero se topó con la  escabrosa y engorrosa gestión estatal, lo que le impidió alcanzar su objetivo por ese medio; sin embargo, le brindó la enseñanza para efectuar esfuerzos al margen del Estado con la finalidad de impulsar la educación musical y la formación de nuevos talentos artísticos.

El trompetista de Malacates Trébol Shop, Jacob Nitsch, ha destacado por promover la educación artística en el país. (Foto Prensa Libre: Pablo Juárez Andrino)

Formación

El trompetista cuenta que desde temprana edad estuvo en contacto con el arte. “Crecí en un ambiente musical porque mi papá era organista y pianista en la iglesia. Gracias a él estuve muy expuesto a los boleros y a las melodías de Roberto Carlos y de Los Beatles, porque era lo que a él le encantaba. También escuchaba chachachá”, recuerda el músico.
Más adelante su gusto por la música lo llevó a formar parte de la banda marcial del Colegio San Sebastián por siete años.

“Creo que fue una de las primeras experiencias que cambiaron mi vida. Ahí aprendí a tocar la trompeta gracias a que tuve un gran maestro”, comenta Nitsch.

El trompetista continuó formándose en la música durante secundaria y diversificado, pero al graduarse se vio en la necesidad de tomar una decisión respecto a su futuro. 

“Durante el último año de diversificado conocí a Francisco Páez —vocalista de Malacates Trébol Shop— y me invitó a formar parte de la banda. Yo acepté, pero en ese momento pensé que la música sería solo un pasatiempo, aunque debo decir que conocerlo fue uno de los momentos que cambió mi vida, no solo porque juntos empezamos ese gran proyecto, sino porque he aprendido mucho de él y para mí ha sido como un hermano mayor”, asegura el artista nacional.

Jacobo Nitsch —tercero de izquierda a derecha— forma parte de la agrupación de ska Malacates Trébol Shop desde 1997. (Foto Prensa Libre: Keneth Cruz)

Al graduarse del Colegio San Sebastián empezó a estudiar la carrera de Ingeniería Forestal, la cual terminó y ejerció por un año, pero el llamado de la música retumbó más fuerte.

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“La carrera era muy satisfactoria y bonita, pero un día Páez y Juan Luis Lopera —Piolly, bajista de Bohemia Suburbana—, me preguntaron qué quería hacer con mi vida, si dedicarme a la carrera que había estudiado o a la banda. En ese momento, supe en mi corazón que debía quedarme con la música”, confiesa Nitsch.

Al dejar la carrera de ingeniería,  comenzó a estudiar una licenciatura en música y debió buscar otra forma de subsistir.

“Tenía como seis trabajos; tocaba en dos bares, en un hotel y en eventos privados; además, impartía  clases de música en tres colegios, y en los fines de semana tocaba con Malacates. De esa forma era que me ganaba la vida como músico, pero también me sirvió para construirme como artista. Durante esos años conocí a grandes trompetistas de quienes aprendí mucho y me ayudaron a mejorar mi técnica”, dice.


En el 2005, Nitsch fue seleccionado para una beca de ocho meses en Barcelona, España, la cual terminó por convertirse en una gran aventura que lo llevó a viajar por varios países.

“Fue una beca de estudios especializado en jazz, pero solo me cubría los estudios, por lo que tuve que buscar la forma de subsistir. Trabajé de mesero y limpiaba cocinas. También tuve la oportunidad de hacer una gira por varios países de Europa con un mariachi. La experiencia me sirvió para conocerme”, añade.

En el 2012,  obtuvo otra beca, esta vez para estudiar una maestría en educación musical en la Universidad Internacional de Florida, Estados Unidos. Se graduó en el 2014 y obtuvo el reconocimiento Worlds Ahead, el cual premia a la excelencia académica y la proyección social.

También ganó el premio por su trabajo de tesis que explicaba el impacto del curriculum de la Orquesta Municipal de Guatemala en  las relaciones interpersonales de los estudiantes que la integraban. Además, escribió un artículo sobre el impacto positivo de la música en comunidades de escasos recursos de EE. UU.

Fomento artístico

A su regreso de Florida, Nitsch intentó promover el arte cuando se integró como director de formación artística en el Ministerio de Cultura y Deportes y luego de la renuncia de Pérez Molina, cuando esa cartera pasó a manos de la escritora Ana María Rodas, se le promovió como director de las artes.  El poco tiempo que estuvo en el cargo y la desestabilidad política del momento no le permitieron ejecutar los proyectos que tenía en mente.

El músico Jacobo Nitsch, integrante de Malacates Trébol Shop es un destacado intérprete, compositor y arreglista. (Foto Prensa Libre: Pablo Juárez Andrino)

Esos esfuerzos ahora los dedica a la Fundación Amigos del Arte (Fundadela), que se encarga de brindar soporte y oportunidades para los artistas en formación  carentes de recursos económicos para incursionar en una carrera artística.

“Hemos hecho varios proyectos, por ejemplo, dos campamentos de jazz y formación ciudadana. Estos contaron con la participación de músicos de EE.UU. Durante una semana nos formamos en jazz, tanto en la parte teórica, escala, lectura e improvisación. También les enseñamos sobre construcción democrática y formación ciudadana”, cuenta Nitsch.

Apasionado por la docencia, el trompetista es artífice, junto a la destacada educadora musical Ethel Batres, de la creación de la Facultad de Música en la Universidad Da Vinci, donde impartirán las carreras de educación musical y ejecución de música popular y contemporánea. Además, buscan implementar un programa de becas con la Universidad Internacional de Florida.

Nitsch, quien se convirtió en padre por primera vez en octubre de 2017, es un incansable defensor de la música y el arte como elemento sensibilizador que puede reducir problemas que aquejan al país como la violencia y la desigualdad. 

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