El origen de este bache financiero se debe a una compra que la pareja hizo en 2014: su mansión en Hidden Hills, California. Esta propiedad fue vendida a la los West Kardashian por US$20 millones. El rapero también invirtió US$2.1 millones para remodelarla y mudarse más rápido.
Una fuente cercana al matrimonio dijo al portal RadarOnline.com que fue justamente esa compra la que los metió en problemas. “Ni él ni Kim ganan lo que solían. Ella está asustada que él la hunda porque sus finanzas están entrelazadas”, comentó.
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Kanye no ha grabado un nuevo disco desde hace tres años. Su última gira fue cancelada luego de que sufriera un colapso nervioso, por lo que no generó ingresos.
Su línea de ropa y calzado era otra fuente de ingresos, pero actualmente enfrenta dos demandas. La primera es sobre el registro del nombre “Yeezy Boost” y la segunda por utilizar sin permiso un estampado de camuflaje que pertenece a la empresa Jordan Ourtdoor Enterprises.
No es la primera vez que el rapero tiene problemas de dinero. En 2016 lanzó un comunicado en el que se declaró en quiebra con una deuda de US$53 millones.
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