Pero más allá de la belleza estructural de esta vivienda, lo interesante es su historia, pues su construcción fue hace más de un siglo. De hecho, fue una de las primeras obras en Guatemala edificadas en concreto armado, por lo que no fue dañada por los terremotos de 1917-1918 y 1976.
Años de historia
Cerraba el siglo XIX para dar paso al XX. Guatemala era una ciudad con calles empedradas y de tierra. Alfredo Rodríguez era un caficultor próspero muy viajado. Conoció Europa y el Medio Oriente. Cuando se casó, como regalo de bodas, le construyó una casa a su amada esposa y en ella plasmó detalles de las diferentes culturas que había conocido. Innovador, como era, se aventuró con un nuevo material: el cemento armado, rompiendo así con el tradicional uso del adobe.
El diseño de esta vivienda se le atribuye al francés Alberto Niquet y fue levantada entre 1895 y 1900. En su interior destaca el comedor, donde se encuentra una réplica a escala de la Tribuna de las Cariátides del Erecteión de Atenas, así como los pisos de mosaico y los zócalos de azulejo. Son 16 ambientes que muestran el boato de las culturas francesa, marroquí y española mozárabe.
El historiador Aníbal Chajón, en el libro Por los senderos de la Nueva Guatemala de la Asunción, cita que este edificio es “uno de los mejores ejemplos del historicismo”. Explica que la decoración exterior y la del salón principal es mudéjar; la de las habitaciones es modernista y la de la tribuna del comedor es neoclásica.
Durante mucho tiempo estuvo abandonada, luego fue ocupada por un colegio y en el 2011 fue restaurada. En años recientes, en este sitio funcionaron oficinas del Ministerio de Gobernación. Actualmente es alquilado para eventos sociales.
Celebración única
Las paredes de la Casa Rodríguez han visto muchos acontecimientos, como el terremoto que en 1917 asoló la capital de Guatemala. La manzana en donde aún se yergue la vivienda quedó arrasada. Solo ella se mantuvo en pie. Por tal motivo, el entonces presidente de la República, Manuel Estrada Cabrera, fue a visitarla para analizar por qué había resistido aquel embate de la naturaleza. El secreto fue el cemento armado.
En los últimos días, conocedores de la historia han hecho referencia a este espléndido edificio, pues en 1919, cuando era arrendada por la Legación Británica, se celebró el final de la Primera Guerra Mundial.
Hoy, inspirada por @magmoraga, fui a mirar el edificio donde se celebró en Guatemala el fin de la primera guerra mundial – la entonces Legación Británica – a las 11 horas de noviembre 1918#Armistice100 #LestWeForget pic.twitter.com/b3Kww6zGXx
— Carolyn Davidson🇬🇧 (@CJDavidsonFCO) November 9, 2018
A esta casa guatemalteca llegó parte de la alegría que causó el Armisticio de Compiègne, un tratado firmado el 11 de noviembre de ese año, con el objetivo de terminar la batalla entre el Imperio Alemán y los países aliados que le hicieron frente.
La embajadora del Reino Unido en Guatemala, Carolyn Davidson, visitó este edificio recientemente y publicó varias fotografías en sus redes sociales.
*Con información de León Aguilera Radford
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