Las actrices aparecieron vestidas de negro, tomaron sus asientos y micrófonos, y comenzaron a hablar bajo una luz tenue que las iluminaba. Descalzas como para sentirse libres, cada una narró vivencias sentimentales, de placer y, las más desgarradoras, de violencia.
Estas historias protagonizadas por mujeres de distinta condición y origen fueron recabadas en 1996 por la escritora estadounidense Eve Ensler y desde entonces son compartidas en escenarios del mundo. En Guatemala, Los monólogos de la vagina lleva 15 años de presentarse y para conmemorar esta fecha, las estrellas guatemaltecas y mexicanas se unieron esta una función especial.
Los monólogos El vello del pubis, La inundación, El taller de la vagina, Porque le gustaba verla, La buena experiencia con un hombre y Yo estaba en el cuarto en el nacimiento, fueron relatos que con gracia, humor e inteligencia hablaron de la relación de las mujeres con su vagina.
Mientras que La burka, La faldita corta, La pequeña cushita que podía y La mujeres de Bosnia expusieron relatos crudos y dolorosos que conmovieron las fibras más íntimas de los espectadores.
Se habló del abuso y la violencia que sufren muchas, no por su edad, su raza o condición económica, sino por el simple hecho de ser mujeres.
En memoria de las sobrevivientes al maltrato, humillación y demás vejámenes, en el escenario las seis actrices encendieron velas, con la intención de que estos monólogos sean una denuncia a ese maltrato pero también para exigir el fin de ese flagelo.
Al final, el público agradeció con incesantes aplausos la puesta escena, que se espera tenga una segunda presentación el próximo 18 de junio, según anunció días antes la directora guatemalteca Marsha Pamela.