Antecedentes
“En 1985 o 1986 monté una exposición en el Museo de Arte Costarricense para denunciar el conflicto armado interno. En ese lugar hay una obra mía que se llama Paloma de la paz alza el vuelo en Centroamérica. Nunca hice este trabajo en Guatemala y deseaba repetir con las ideas frescas que tenía y aproveché algunos dibujos, así que lo trabajé de nuevo, pero sin denuncia de la guerra”, dice el maestro.
“La muestra tiene juegos de perspectivas. En la arquitectura hay concepto que se llama a ojo de pájaro, que consiste en crear perspectivas vistas desde el aire como ven los pájaros”, añade.
“Las moscas son repulsivas; pero las envidio porque vuelan. ¿Imagínese si los hombres voláramos?, la vida sería distinta y seríamos más libres. Las aves nos muestran lo que a nosotros nos hace falta y eso es tremendamente poético”, dice.
“Siempre se aprecia mucho su fluidez en el dibujo y cómo, con tan pocas líneas, le da significado a sus obras. Es el principal dibujante que ha tenido la historia del arte guatemalteco y que sigue vigente”, dijo Pedro Solís, director de la galería.
Sobre el artista
Arnoldo Ramírez Amaya nació en Guatemala el 26 de noviembre de 1944. Es pintor, grabador, escultor y escritor. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas en la década de 1960. Es cofundador y miembro activo de la revista Alero, de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac).
Representó a los artistas visuales guatemaltecos con una obra en grabado en Lieja, Bélgica. En 1973 creó varios murales en la Ciudad Universitaria (Usac), de la zona 12, cuyo contenido es la represión militar de esa época.
Ha escrito varios libros, entre ellos, Palic Chirachic y Sobre la libertad, el director y sus perros fieles.
En la década de 1980 dibujó series de pájaros, tecolotes y otras figuras zoomorfas. Con su arte, ha denunciado la violencia política y la falta de justicia en Guatemala.