El realizador que firmó documentales musicales sobre Bob Dylan, David Bowie o el Festival de Monterey de 1968 fue una figura crucial en el desarrollo del “direct cinema” (cine directo), un subgénero del documental que en los años 60 intentó reflejar la realidad de la manera más objetiva posible incluyendo la espontaneidad y sin obviar en el resultado final los errores técnicos o las imperfecciones.
El siguiente video muestra una compilación de algunas de las escenas del documental inspirado en Bob Dylan. Pennebaker hizo un retrato del artista en la primavera de 1965. Tenía entonces 23 años y pasa tres semanas en Inglaterra. La cámara de Pennebaker lo sigue desde el aeropuerto hasta sus presentaciones.
Pennebaker recibió en 2012 un Óscar honorífico por su larga y reconocida trayectoria, en la que sobresalen títulos de no ficción como “Bob Dylan: Dont Look Back” (1967), “Monterey Pop” (1968), “Ziggy Stardust and the Spiders from Mars” (1973), “The War Room” (1993), “Down from the Mountain” (2000), “Elaine Stritch at Liberty” (2002) o “Kings of Pastry” (2009).
Nacido en 1925 en Evanston (Illinois, EE.UU.), Pennebaker, tras dar sus primeros pasos en el cine y dirigir varios cortos documentales, participó en “Primary” (1960), un muy influyente documental acerca del enfrentamiento entre dos políticos estadounidenses, John F. Kennedy y Hubert H. Humphrey, por la nominación demócrata para optar a la Casa Blanca.
En “Primary” también trabajaron Robert Drew, Richard Leacock y Albert Maysles, quienes junto a Pennebaker serían algunos de los máximos representantes del “direct cinema”.
Aprovechándose de las mejoras tecnológicas que permitían cámaras y equipos de sonido cada vez más ligeros, estos cineastas trataron de captar la realidad sin filtros, usando técnicas parecidas al periodismo y sin emplear recursos artificiales o estéticos como la voz en off para así reflejar los hechos sin apenas mediación y como los vería “una mosca en la pared”, según la famosa frase de Leacock.
Pennebaker aplicó estas ideas especialmente para retratar la contracultura de los años 60 y su cinta “Monterey Pop”, centrada en el primer macrofestival de la era hippie, fue un trabajo modélico a la hora de llevar al cine de manera vibrante la utopía libertaria y el espíritu rebelde de aquellos jóvenes.
También es muy recordada la escena de Bob Dylan, en su documental “Don’t Look Back”, en la que el cantautor va mostrando a la cámara carteles con la letra de “Subterranean Homesick Blues” mientras suena, al mismo tiempo, esta canción.
Más allá de la música, Pennebaker también abordó otros temas desde la no ficción como la política en “The War Room”, sobre la campaña presidencial del expresidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001).
Este filme codirigido con Chris Hegedus, su tercera esposa y con quien colaboró tras las cámaras en numerosas ocasiones, le dio a Pennebaker una nominación al Óscar al mejor documental.
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