Respecto de la “be”, la “ve” y la “u”, hay que leer a Irisarri. Explica que antes no se diferenciaban la “be” de la “ve” ni esta última de la “u”. Cuenta que don Alfonso el Sabio, el infante don Juan Manuel, don Pedro López de Ayala, el Arcipreste de Talavera, el marqués de Santillana, la reina Isabel, la católica (mujer muy instruida), e incluso Cervantes, escribían indistintamente con “be” o con “ve”, tanto es así que en un facsímile de una carta escrita al rey Felipe II, publicada por Navarrete se lee: “havia ,estauan, seruido” en vez de “había, estaban y servido”. Sucede pues que la “be”, la “uve” y la “u” se usaban indiscriminadamente. Nos hace saber Irisarri que muchas palabras han quedado con sonido de “u”, v. gr., “cabdal, cabdillo, cabsa, cibdad”, que ahora son “caudal, caudillo, causa, ciudad”. En algún tiempo, por influjo de otros idiomas, se quiso en español diferenciar el sonido de la “be” y “ve”, pero en castellano suenan igual, si es que de nuevo no las quieren diferenciar, lo cual en Hispanoamérica sería imposible. (Aquí no distinguimos ni siquiera el sonido de la “ce” y la “zeta” ante la “e” y la “i” y seseamos, es decir las pronunciamos como “eses”.).
Sí es necesario para tener buena ortografía distinguir entre la “b” y la “uve” v. gr. : “grabar” es hacer un grabado, en tanto que “gravar” es imponer las tributaciones, que siempre aumentan, pero jamás disminuyen, pues ya lo dijo Franklin: “Solo hay dos cosas seguras en la vida, “los impuestos y la muerte”. Y es que sin impuestos ¿de qué vive un gobierno, como no sea de deudas externas e internas? Y los ha habido tan abusivos como el de Vespasiano, que gravó las letrinas de Roma, de acuerdo con los desechos humanos que contuvieran (los medían con una varita), la gabela (la sal del deber) y la talla en Francia, el “bill of tea” que desencadenó la revolución de EE. UU. y otros.
En las Ortografías de 1890 y de 1931, la “zeta” se llamaba también “zeda” y en la de 1999 se lee: “ceta, ceda, zeta, o zeda”. La “doble ve” es además “uve doble y ve doble”. Me pregunto si les dejarán un solo nombre.