La orquesta se configuró gracias al tesonero trabajo del maestro Martín Corleto. Con la invalorable colaboración de tres docentes venidos de Alemania, los británicos Catherine Larsen-Maguire y Nigel Shore, y la norteamericana Elena Cheah, durante un par de semanas la Orquesta Intercultural reunió a unos 80 jóvenes que participaron en talleres, ensayos orquestales y presentaciones musicales. Su esfuerzo ha dado fruto. Juventud de San Juan y San Lucas Sacatepéquez, San Raymundo, Balanyá, Comalapa, Chimaltenango, Quetzaltenango y la ciudad capital se unieron para dar vida a la música de compositores —lejanos, si se quiere— como Schubert, Wagner, Bruch, Mozart y Elgar, así como los guatemaltecos Jesús Castillo, la joven Pamela Flores y el autor de estas líneas. Obviamente, a futuro el repertorio tendrá que concentrarse en lo chapín, como carta de presentación de nuestra identidad.
Por lo pronto, se ha puesto, bien puesta, una primera piedra. Larga vida a la Orquesta Intercultural.