De la “be” y la “uve”: En la grafía, ambas letras se distinguen: “grabar” significa según el DRAE: “Señalar con incisión o abrir y labrar en hueco o en relieve sobre una superficie un letrero, una figura o una representación de cualquier objeto. / 2. Captar y almacenar imágenes o sonidos por medio de un disco, una cinta magnética u otro procedimiento, de manera que se puedan reproducir. / Fijar profundamente en el ánimo un concepto, un sentimiento o un recuerdo…”. En cambio “gravar” es: “Cargar, pesar sobre alguien o algo. / 2. Imponer un gravamen”. Al hablar, ambas letras suenan idénticas en español. “Basta, vasta, vaca” y “burro” tienen el mismo sonido. En otros idiomas sí se pronuncian de distinta forma, pero, aunque en algún tiempo se quisieron diferenciar en el castellano, por influjo de otras lenguas, tal intento fracasó y repito que su pronunciación es igual. La uve doble, antes “doble ve”, suena como uve: “vals, vagón” o “gu”: “güisqui”.
De los diminutivos en “ecito, cito”: Las palabras que terminan con zeta, transforman esta en ce: “crucecita, pececito” en singular y en plural: “crucecitas, pececitos”. Las que terminan en “ese” forman sus plurales del singular: “país-ecito, país-ecitos”. Lo mismo sucede con las terminadas en vocal: “pie: pie-cecito”; “pies: pie-cecitos”, “café: cafecito”; “cafés, cafecitos”. Repito: aunque la palabra sea plural, el diminutivo se forma con el singular y se le agrega ese al final. Lo mismo sucede con otros sufijos como “cecillo, cillo, ito, ico”: “pie-cito/s, pie-cecillo/s, pie-cillo/s, pie-cico/s.