En español no se debe, pues, decir “personalidad abrasiva”. El término puede cambiarse por “cáustica”, cuya 2.ª acepción significa: “Mordaz, agresiva: Ironía cáustica ”, por “corrosiva” en su 2.ª acepción: “Dicho de una persona, de su lenguaje de su humor, etc.: Mordaces, incisivos, hirientes” o por los otros términos: “irritante, molesto, fastidioso”, aunque por el contexto de la “filtración”, más parece que estos últimos vocablos son demasiado leves para lo que quiso expresar el informante. En cuanto a “agresivo”, el término confunde, pues antes en español se refería a una persona o animal violentos, pero ahora, por influjo del inglés, en la 4.ª acepción también se acepta como: “Que actúa con dinamismo, audacia y decisión, sin arredrarse: Ejecutivo agresivo, Empresa agresiva”.
Yo, como Pilatos, me lavo las manos. Ya lo dije: No conozco a doña Sandra y no entra dentro de mi código de ética juzgar a una persona por lo que dicen los demás. Necesitaría haberla tratado lo suficiente para poder opinar. Me he limitado a dar explicaciones de significados y equivalencias léxicos. Agrego que el genio no es una línea recta; cambia según las circunstancias y uno puede estar apacible, alegre, áspero, enojado o incluso entigrecido, y si ustedes, lectores, no lo creen, pregúntenles a los automovilistas que no respetan mis derechos en el tránsito.