Escenario

Presentan en Guatemala el libro de “El Principito” en idioma kaqchikel

Guatemala, el país que de la eterna primavera en el que se dice que Antoine Saint-Exupéry encontró la inspiración para inscribir su afamada obra "El Principito", presentó este miércoles una segunda versión de este libro en idioma kaqchikel.

Celia Angélica Ajú, encargada del proceso de validación de la obra con la comunidad kaqchikel, lee el libro en su presentación. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

Celia Angélica Ajú, encargada del proceso de validación de la obra con la comunidad kaqchikel, lee el libro en su presentación. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

El kaqchikel es uno de los cuatro idiomas mayoritarios en Guatemala y el libro “El Principito” es una de las obras más reconocidas a nivel mundial, porque lo que hacer esta traducción significa construir interculturalidad entre las comunidades de Guatemala que hablan este idioma y Francia.

El embajador de Francia en Guatemala, Jean-François Charpentier, explicó que esta iniciativa, que tiene una tirada inicial de unos 3.000 ejemplares, tiene como objetivo potenciar y fomentar la cultura y el idioma kaqchikel, uno de los 24 que conviven en el país.

“El libro está dedicado a las personas que saben y aprecian el idioma kaqchikel”, dijo el diplomático antes de que Celia Angélica Ajú, del Instituto de Investigación y Proyección sobre Diversidad Sociocultural e Interculturalidad -IRI-, de la Universidad Rafael Landívar leyera en voz alta uno de los capítulos de esta obra de Saint-Exupéry, que llegó a Guatemala de casualidad en 1938.

El embajador de Francia en Guatemala, Jean-François Charpentier. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González).

“El Principito” es una obra que cuenta con 230 traducciones en varios idiomas, por lo que, para el Embajador, agregar una nueva en idioma kaqchikel crea un puente cultural y simbólico de lo que su autor, Antoine Saint-Exupéry, de origen francés, vivió en este país.

El piloto y escritor Antoine Saint-Exupéry tuvo un accidente en el Aeropuerto Internacional La Aurora en el año 1938, por lo que fue trasladado al Hospital Militar y tuvo su recuperación en La Antigua Guatemala. Luego, en 1941 escribió su principal obra “El Principito” inspirado en los paisajes que observó durante su recuperación en La Antigua, rodeado de volcanes.

Celia Angélica Ajú fue la encargada del proceso de validación de la obra con la comunidad kaqchikel. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

Esta traducción de “El Principito” está dedicada a todas las personas que saben leer y aprecian el idioma kaqchikel. Además, se da en el marco de la declaración del año internacional de Lenguas Indígenas por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Importancia cultural

El libro cuenta la historia de un niño que viaja por varios mundos y en cada uno muestra con metáforas las costumbres y comportamientos que los adultos adoptan al ser mayores y su contraste con el pensamiento de la niñez.

Por lo tanto, para el viceministro de educación bilingüe e intercultural, Daniel Domingo López, la importancia de la obra reside en cómo la niñez guatemalteca, especialmente la indígena, adoptará la filosofía de “El Principito”, que consiste en no olvidarse de los detalles y el asombro que dan las pequeñas cosas que hay en el mundo.

Además, el fomento cultural y lingüístico junto con el aprendizaje del libro enriquecerá la filosofía que aprenden en su hogar. “Entonces, tanto el contenido de la obra como el idioma kaqchikel se impulsan mutuamente y generarán un impacto en la formación intercultural de la juventud y niñez”, dijo López.

Celia Angélica Ajú, del -IRI-, enfatizó que esta obra es una joya para el fomento y el rescate de los idiomas mayas. “Hace falta mucho material didáctico para desarrollar educación bilingüe. Queremos que los idiomas no se pierdan, que se valoren, pero no tenemos material para reforzarlos. Por eso este libro es una joya para la comunidad kaqchikel porque ahora tienen un libro para leer. Lo tienen los otros idiomas, pero esta cultura carece de material, por eso también en la obra se valoran y se rescatan muchos aspectos culturales”, dijo Ajú.

La cantautora kaqchikel Sara Curruchich durante la presentación del libro. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González).

En la presentación de este libro estuvo presente la voz indígena de Guatemala, la cantautora kaqchikel Sara Curruchich, quien recordó que todavía hay mucho “racismo y discriminación” por usar sus trajes y sus idiomas, y agradeció iniciativas como esta para luchar contra estas lacras.

“Cuando se camina colectiva se llega mucho más lejos”, agregó la artista sobre este libro, que recorrerá varias comunidades del interior del país.

Proceso de la nueva edición

En el año 2011 la Embajada de Francia y el IRI realizaron la primera edición del libro “El Principito” traducido a kaqchikel, sin embargo, solamente fueron 300 ejemplares por lo que su distribución fue un éxito ya que se agotaron los libros. Por lo que decidieron hacer una nueva edición este año.

Esta edición tuvo un proceso de validación con la comunidad kaqchikel y la Academia de Lenguas Mayas. De acuerdo con Ajú, la validación con las comunidades se realizó con niños, jóvenes, adultos y personas mayores que hablan kaqchikel, para verificar que el libro fuera entendido por todas las personas que hablan este idioma.

“Mi papel en esta edición fue la revisión total de la obra. Realicé investigaciones en las comunidades kaqchikel para ampliar el léxico y enriquecer la traducción de la obra. Además, para verificar si las palabras que se utilizaron realmente se hablan en las comunidades y si son entendidas por ellos”, explicó Ajú.

El proceso fue por medio de entrevistas con personas de todas las edades que hablan idioma kaqchikel, lo cual dio como resultado que esta edición tenga un idioma más dulce y descriptivo, característica principal de los idiomas mayas.

“Una de las diferencias en las ediciones es que, por ejemplo, en la primera obra dice ‘tomé mis crayones y elaboré mi primer dibujo’. Ahora en esta edición dice ‘tomé mis crayones de colores y realicé mi primer dibujo’. Lo que tenemos es una obra más cercana a la esencia de la obra original y también más cercana a la comprensión de la comunidad kaqchikel”, señaló Ajú.

Luego de la investigación con las comunidades, la obra tuvo una revisión por parte de la Academia de Lenguas Mayas, con el objetivo que libro pueda ser leído por toda persona que hable kaqchikel y no se fragmente el idioma. “Lo importante era no fragmentar el idioma. Sino cada uno va a escribir a su manera y al final, no íbamos a alcanzar uno de nuestros objetivos que es consolidar el idioma”, enfatizó la investigadora del IRI.

Distribución de la obra

Debido a los derechos de autor los ejemplares de esta edición no pueden ser vendidos, por lo que su distribución estará a cargo de las instituciones que colaboraron en su elaboración, como la Universidad Rafael Landívar, Unesco y la Alianza Francesa. “También apoyará el Ministerio de Educación por medio de unas guías metodológicas que realizó en el marco de un programa de innovación metodológica con pertinencia cultural y lingüística”, indicó el Viceministro de Educación Bilingüe e Intercultural.

Esta es la segunda edición de la traducción de “El Principito” en idioma kaqchikel. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González).

El principal objetivo de los ejemplares de esta nueva edición es apoyar actividades pedagógicas que tengan como objetivo potenciar y fomentar la cultura y el idioma kaqchikel, el cual es hablado por el 17% de la población guatemalteca.

De acuerdo con la Embajada de Francia, entre las actividades que involucra este proyecto está una jornada y donación de libros a los alumnos de la Escuela Julio Verde de Patzún, Sololá en conjunto con el Colegio Julio Verne, con el objetivo de promover el idioma como patrimonio inmaterial y fomentar el conocimiento mutuo de las sociedades bajo los auspicios del humanismo vinculado en “El Principito”.

Sobre el libro

El libro, una de las obras más difundidas de la historia universal, también critica y compara la forma de interpretar situaciones entre niños y mayores, así como el afán de estos últimos por imponer la forma “adecuada” de analizarlas.

El libro será utilizado para procesos pedagógicos que promuevan el idioma kaqchikel. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González).

El aviador y escritor, que quedó herido mientras surcaba los cielos de América para buscar su inspiración, se recuperó de sus heridas en la ciudad colonial de Antigua y algunos estudiosos aseguran que varios elementos de su obra están basados en el país.

Los tres volcanes, uno de ellos inactivo, las rosas o el “Cerro del oro”, una especie de sombrero que refleja a la boa cuando se ha tragado al elefante, son claras referencias al paisaje guatemalteco y concretamente a la ciudad colonial La Antigua, donde Saint-Exupéry se recuperó tras el accidente.

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