“Se conoce como pie de atleta porque se observó que lo padecían mucho deportistas, ya que usaban zapato cerrado por mucho tiempo y eso les producía mucho sudor, y esa humedad les provocaba picazón, piel roja y escamosa”, explica Villafuerte.
La especialista asegura que las principales causas de este problema son el sudor excesivo en los pies, falta de higiene y poca ventilación. Esto causa la formación de hongos dermatofitos —se alimentan de queratina—, causantes de la afección.
ETAPAS
Villafuerte enumera cuatro fases del pie de atleta: en la primera se observan síntomas como picazón y ronchas; en la segunda, la piel se torna roja y comienza la descamación; posteriormente se presenta una inflamación severa, muchas escamas en la piel y mal olor. A la persona le molesta caminar porque la picazón es insoportable.
Por último, el pie se contamina con otras bacterias y puede haber secreción de pus. Si no se trata en esta fase podría haber grandes infecciones.
¡ESTÁS A TIEMPO!
Normalmente los pies no presentan descamación, por lo que si el paciente las tiene está a tiempo de tratarlo. La picazón, el enrojecimiento de la piel y el mal olor son los primeros síntomas del pie de atleta, y para tratarlo se prescriben medicamentos específicos como el clotrimazol.
Algunas personas intentan tratarse con pomadas o recetas caseras, pero estas solo alivian los síntomas y no tratan directamente el padecimiento, advierte la dermatóloga.
¿SE CONTAGIA?
El pie de atleta se transmite fácilmente si se camina descalzo por lugares húmedos, pues allí hay hongos y bacterias que originan la infección.
También puede aparecer al usar los zapatos de una persona infectada. Por eso es importante desinfectar el calzado que se acaba de comprar en las zapaterías, porque ya se los han probado anteriormente otros clientes, y nada garantiza que estos no tengan pie de atleta.
Se sugiere bañarse en la ducha con sandalias y dormir con calcetines, sobre todo cuando se sale de viaje, para evitar la contaminación, porque el hongo también puede estar en las sábanas.
Se aconseja mantener los pies limpios y secos todo el tiempo, especialmente entre los dedos.
Lavarse bien los pies con jabón y agua y secar el área completamente y con mucho cuidado. Tratar de hacerlo al menos dos veces al día.
Infección de la piel se puede transmitir por contacto directo. (Infografía Prensa Libre: Ástrid Méndez)
PREVENCIÓN
El pie de atleta se previene con hábitos de higiene.
Secarse completamente los pies después de bañarse o de nadar.
Usar sandalias en los baños y piscinas públicos.
Aplicar talcos antimicóticos para prevenir el pie de atleta si se es susceptible a contraerlo o si se frecuentan áreas donde el hongo que lo causa es común.
Usar zapatos bien ventilados y preferiblemente elaborados de un material natural, como el cuero.
Fuente: Evelyn Villafuerte, dra_evelyndflores@hotmail.com.