“Incompatibilidad genética”, dice el documento judicial de la investigación de filiación que reprodujeron varios programas de televisión el miércoles, luego de una jornada que empezó con la noticia contraria, que Borda sí era la hija.
Sandro -o Roberto Sánchez, su nombre real-, murió a los 64 años el 4 de enero de 2010 luego de 45 días de hospitalización por sus crónicas dolencias cardíaca y pulmonar, producto del tabaquismo.
Su fama llegó al mercado latinoamericano de Estados Unidos y ganó un disco de oro en 1969. Fue el primer latino en actuar en el legendario Madison Square Garden, con dos conciertos ante más de 250 mil espectadores.
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Borda había expresado en mayo su convencimiento de que el ADN iba a dar positivo: “Que yo era su hija se sabía. Mi (fallecida) madre (Martha) no quería tocar el tema. Era fruto de una infidelidad”, había dicho.
Antes de la muerte de Sandro, hubo un estudio de ADN que había dado negativo, pero Sandra Borda puso en duda el procedimiento.
Sandro se hizo famoso con sus canciones románticas y se meneaba en el escenario como su idolatrado Presley. Empezaron a llamarlo “Sandro de América” cuando sus discos y conciertos hicieron furor en Venezuela, Colombia, Perú, Uruguay, Paraguay, Ecuador, México, Puerto Rico, Costa Rica y República Dominicana.
En su extensa trayectoria, el carismático y seductor artista, que mantuvo su vida privada resguardada en la intimidad, grabó 52 álbumes y filmó 16 películas.