Reflexión cultural
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Semana Santa guatemalteca trasciende de la devoción a la riqueza cultural
Las expresiones de fe durante la Semana Santa guatemalteca representan siglos de tradiciones, historia y arte, parte de la riqueza histórica en el país.
La Semana Santa en Guatemala recibió de manera oficial el reconocimiento como patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, en 2022. Esta considera una de las expresiones culturales y religiosas más representativas del país, que ha logrado su permanencia en el tiempo por varias generaciones.
La destacada Semana Santa guatemalteca es una integración de todos los sentidos, describe el doctor en historia de arte Johann Melchor. "Se percibe por la vista con las imágenes, en la música de las marchas que integran instrumentos como el tamborón y el tzijolaj; el olor característico al incienso y el corozo, así como los sabores de sus comidas tradicionales y las texturas del aserrín de las alfombras o las mismas andas", reflexiona el historiador. Sin duda, estas particularidades se unen a lo que representa la Semana Santa a nivel histórico.
"La imaginería guatemalteca empezó a finales del siglo XVI cuando vinieron a Guatemala famosos escultores, uno de ellos era el taller que coordinaba Quirio Cataño y de generación en generación se fue enseñando el arte del tallado", agrega Melchor. En sus investigaciones documentales ha encontrado que las imágenes y la devoción, al igual que las políticas de la época y la presencia del ejército fueron utilizadas desde 1773 para forzar al traslado de la capital de Guatemala del Valle de Panchoy al Valle de las Vacas, donde actualmente está la ciudad.
El cronista de la ciudad y director del Museo Nacional de Historia de Guatemala, Miguel Alfredo Álvarez Arévalo, dice que la imaginería local se diferencia por mostrar figuras atormentadas con una dulzura peculiar a través de las miradas y el lenguaje de las manos, además de la talla y los encarnados, técnicas que han hecho que se consideren entre las mejores que existieron en América Latina, al igual que en Quito, Ecuador.
Por su parte, Ana Elisa Schumann Guerra, con una maestría en historia se ha dedicado a la investigación y ha publicado algunos libros como Las raíces de la devoción y Devoción a la señora de los dolores, y asegura que ha encontrado información interesante de hermandades y cofradías en tiempo de la colonia sobre formas variadas de expresiones de fe.
Por ejemplo, las hermandades tenían un concepto de solidaridad muy fuerte y tenían actividades donde ayudaban a sacerdotes, religiosas y seminaristas pobres para su sostenimiento; se encargaban del entierro de sus miembros y pagaban las misas por su muerte y hacían otras donaciones a otras obras de caridad.
Algo que le ha impresionado a Schumann Guerra es el culto doméstico que tenían. Se han encontrado testamentos, algunos desde 1537 donde las personas pedían a sus familiares que siguieran con sus devociones, celebrando la festividad de la Señora de los Dolores y se encargaran de pagar la misa de ese día y el adorno del altar, por ejemplo.
También se ejemplifica en la historia tradiciones o instituciones que han desaparecido. Una de ellas es la historia de dos imágenes de la advocación de Nuestra Señora de los Dolores que se encuentran en la Parroquia Rectoral de San Sebastián. La más famosa de ellas es la Virgen del Manchén, una de las pocas imágenes consagradas durante la Época Colonial. Además, está Nuestra Señora de los Dolores de San Sebastián que fue muy querida por los habitantes de su barrio y tuvo su propia hermandad. Salía en procesión dos veces durante la Cuaresma y, aunque la hermandad se extinguió antes del traslado de la capital, siguió teniendo muchos devotos en la Nueva Guatemala de la Asunción. En la segunda mitad del siglo XIX, muchas hermandades extintas se reorganizaron, siendo una de ellas la de Nuestra Señora de los Dolores de San Sebastián, que se convirtió en la cofradía del gremio de los sastres.
Lo anterior es solo parte de las cientos de historias que existen y que se construyen cada día. Álvarez refiere que al ser la Semana Santa patrimonio inmaterial se tiene la necesidad de seguir documentando, "le corresponde a cada lugar hacer un inventario detallado de todo lo que involucre sus imágenes, es importante inventariarlas, conocer sus atributos, andas, altares, decorados, la gastronomía local...es una manera de proteger el conjunto de elementos", aclara.
Más educación
Ahora las redes sociales son un medio importante para dar a conocer más sobre las imágenes, algunos proyectos cuentan la historia de la alegoría, los adornos de las andas, pero se requiere más trabajo a nivel educativo y seguir dando a conocer las investigaciones hechas por expertos y que podrían explicar por qué en Guatemala esta época se vive de manera apoteósica a diferencia de los países vecinos, comenta Schumann Guerra.
Melchor hace énfasis en que desde 1952 se empieza a tener investigaciones a nivel histórico y a partir de Heinrich Berlin, que hizo un catálogo de escultores con base en documentos de archivo empezaron a surgir otros nombres e investigadores. Melchor agrega que los trabajos de Jorge y Luis Luján o Josefina Alonso de Rodriguez, entre otros, han sido importantes para construir mejor el conocimiento de lo relacionado con la imagenería y la Semana Mayor en el país.
José Carlos Flores, fotógrafo especialista en el tema de cuaresma y Semana Santa, comenta que la documentación en imágenes hace que se convierta en un lenguaje para interpretar la historia. "Me ha sorprendido cómo ciertas imágenes han servido a historiadores para complementar estudios y análisis, una imagen muestra rasgos, así como cambios, no imaginé a principio de mi profesión cómo la fotografía iba a trascender a este nivel que comencé a nivel devocional", menciona Flores.
El fotógrafo ha buscado espacios para dar a conocer su trabajo y detalles de la Semana Santa, también ha publicado libros. Una de las últimas exposicones en que participa junto a Alex Fledderjohn se llama Devoción y estará abierta en el Museo Ixchel del Traje Indígena hasta el 5 de abril.
En España actualmente el Museo del Archivo General de Indias en Sevilla presenta la exposición Mística Semana Santa Guatemalteca que estará abierta al público hasta el 31 de marzo próximo. Un trabajo creado por las fotografías de Dany Gamboa y Sergio Cruz, autores de la colección de medio centenar de fotos y quienes reunieron elementos que representan esta ápoca. En la actividad también participa el cronista Álvarez Arévalo.
Gamboa refiere que es importante educar cada vez más a los guatemaltecos como al mundo. "Las hermandades tienen un compromiso por orientar a las nuevas generaciones y también se necesita más compromiso de Estado para dar a conocer más de nuestras tradiciones", explica.
Para Cruz la Semana Santa en Guatemala tiene un gran impacto y es una oportunidad a invitar a más personas a visitar el país como destino. "Queremos que vean cómo es esta semana que vivimos llena de misticismo, solemnidad y donde solo en Viernes Santo hay casi 300 cortejos procesionales en todo el país, además de todas las actividades que la rodean en la cuaresma", agrega Gamboa.
"La Semana Santa traspasa los campos de la religiosidad y es un atractivo turístico de primer orden, un momento importante para la religión, cultura y economía", agrega Álvarez.
Melchor explica que en investigación hace falta aún más que explorar. En otros países se tiene la oportunidad de hacer evaluaciones a imágenes por medio de tomógrafos y otros análisis modernos que arrojan datos valiosos de las imágenes para confirmar detalles y otros aspectos que enriquecen la historia.
En lo educativo Melchor desearía que existiera más apertura a la historia del arte en sí y en ver la Semana Santa a ese nivel. "El ideal sería formar a los maestros y que la Semana Santa no se vea solo por lo religioso sino como una valorización como patrimonio cultural. También que más universidades ofrezcan cursos y especializaciones en historia de arte", comenta.