Su protagonista, el canadiense Ghyslain Raza, sufrió acoso y acabó internado en un psiquiátrico. Afortunadamente se recuperó y en la actualidad es abogado y presidente de una sociedad dedicada a la conservación de su ciudad natal.
Aunque en 2021 los usuarios en redes sociales utilizan la sátira para viralizar cualquier acontecimiento y crean memes, comparten fotos o videos con la finalidad de destacar su historia, hace 18 años ese fenómeno no era habitual.
Todo comenzó en noviembre de 2002 cuando Ghyslain Raza se grabó a sí mismo mientras realizaba una coreografía de lucha inspirada en Star Wars y La amenaza fantasma. Esas imágenes quedaron registradas en un video que grabó en un salón de clases del establecimiento educativo al que asistía.
Raza olvidó la cinta de video en la que se grabó y tiempo después ese material llegó a las manos de dos compañeros de clase, quienes al observar el contenido decidieron efectuarle una broma.
Fue entonces que el 14 de abril de 2003, el contenido grabado por Ghyslain en una cinta, se digitalizó y se publicó en la plataforma de descarga de archivos Kazaa.
Esa pieza comenzó a difundirse rápidamente y logró más auge desde que el desarrollador de videojuegos Bryan Dube publicó en su blog una versión del video editada. La publicación de Dube la efectuó el 22 de abril de 2003 y destacó la “hazaña” del protagonista en la que sustituía el palo por un sable láser de gran realismo.
Pasaron los días y se sumó el bloguero Andy Baio, quien compartió el video el 29 de abril de ese mismo año en la plataforma waxy.org. El archivo se publicó con el título Star Wars Kid, algo con lo que marcó a su protagonista y con ello, crecieron las burlas para el joven canadiense quien fue objeto de todo tipo de bromas.
Los usuarios se enfocaron en el sobrepeso y por su falta de coordinación del protagonista del video, algo que lo marcó y que poco a poco lo llevó a una destrucción existencial.
El acoso, la destrucción y el psiquiátrico
De acuerdo con la información difundida en una entrevista que Ghyslain Raza concedió, contó que Andy Baio, al darse cuenta y después de arrepentirse por lo que había generado, organizó una colecta para regalarle un iPod y una tarjeta de Amazon, como señal de una disculpa por haber difundir el video sin su consentimiento.
“Por muy tentador que suene tener un iPod y una tarjeta regalo de Amazon, habría preferido que ese video nunca hubiera existido”, contó Raza a The New York Times. El canadiense reveló que sus compañeros se reían de él constantemente. Además, sus padres exigieron una indemnización por valor de US$250 mil a las familias de los alumnos que le acosaron y afirmaron que su hijo había sufrido daños emocionales y psicológicos.
En su momento, Raza intentó olvidarlo todo, el canadiense se enfocó en sus estudios y obtuvo un trabajo. En la actualidad es abogado y presidente del Patrimoine Trois-Rivières, una sociedad dedicada a la conservación de su ciudad natal, Trois-Rivières, en la región canadiense del Québec.
“Traté de ignorar a las personas que me decían que me suicidara y no pude evitar sentirme inútil, como si mi vida no valiera la pena. Fue un periodo muy oscuro”, agregó Raza, quien tuvo que abandonar la institución educativa debido al acoso de sus compañeros. Además, confesó que estuvo internado en un psiquiátrico que lo ayudó a manejar la situación.