Wastberg se refirió a la obra de Alexiévich, Voces de Utopía diciendo que es su “obra maestra literaria y moral”, en la que traza “la historia mental de los ciudadanos soviéticos que ella asocia a una tumba, a un baño de sangre y a un diálogo interminable entre verdugos y víctimas lo más oculto posible” .
(Foto Prensa Libre: EFE)
En palabras de Alexiévich “el grito ahogado de Rusia” acerca de una pasado que “no debe volver, un ahora que no puede ser aceptado, un futuro que no ofrece esperanza”, señaló el académico.
La autora de Voces de Chernóbil es “como una taquígrafa en un alto tribunal, enumera las injusticias (…) Aquí están las palabras de cientos de testigos por primera y única vez. Sin ella, nunca habrían visto la luz”.
En el acto también recibieron el premio el irlandés William C. Campbell, el japonés Satoshi ?mura y la china Youyou Tu, ellos como Premio Nobel de medicina; Takaaki Kajita, de Japón, y Arthur McDonald, de Canadá, compartieron el Premio Nobel de Física; el sueco Tomas Lindahl, el estadounidense Paul Modrich y el turco Aziz Sancar fueron los seleccionados este año para ganar el Premio Nobel de Química; el ganador del Premio Nobel de Economía de este año fue el escocés Angus Deaton.
La ceremonia tuvo interludios musicales en los que por primera vez en los Nobel la Orquesta Filarmónica de Estocolmo estuvo dirigida por una mujer, Anna-Maria Helsing.
Los laureados recibieron de manos del monarca la medalla, el diploma y el certificado monetario, tras salir al centro del escenario y hacer una reverencia al rey, a los académicos y al público.