Pixar lanzó este experimento fílmico en aquella época, sin saber el éxito que obtendría junto a las famosas frases “¡Hasta el infinito y más allá! o ¡Hay una serpiente en mi bota!”, que aún se escuchan entre quienes en aquellos años eran tan solo unos niños.
La amistad que profesaban Buzz Lightyear y Woody marcó a toda una generación que recuerda con especial cariño a Andy, el dueño de los juguetes, aquel pequeño que volaba con su imaginación, a lo largo de la historia de Toy Story su carga sentimental es inigualable.
Su producción por computadora se adelantó a su época, el filme dio un gran realismo a la producción, algo que no se había visto — solo el El Rey León (1994) no tiene comparación con Toy Story (1995), por ejemplo.
Con un presupuesto inicial de U$3 millones, la unión entre Pixar y Walt Disney Pictures logró recaudar US$361 mil 958.736, una cifra mucho mayor de la que esperaban Steve Jobs y Michael Eisner (presidentes de Pixar y Disney, respectivamente).
La primera película llegó en 1995, la segunda en 1999 y la tercera en 2010.