El cantante se dio cuenta que lo suyo era la música cuando apenas tenía cinco años. Su papá, que apenas podía darle de comer, ahorró mucho para poder darle a su hijo una guitarra; “Chente” apenas tenía ocho años.
El propio Vicente Fernández reveló que por su procedencia humilde sufrió todo tipo de humillaciones, antes de convertirse en el “rey” de las rancheras.
En la cuenta oficial de Instagram del ídolo mexicano solía compartir fotografías de su infancia y lleno de nostalgia también compartía algunas historias con algunas imágenes y recuerdos de su mamá y de su papá.
Cuando los tuvo en vida, Vicente Fernández hizo y dio todo por sus padres, pero no alcanzó a sacarlos de pobres o llenarlos de lujos, como él mismo lo había prometido. La vida no le dio esa dicha, señalan varios reportes de prensa de su país.
Vicente Fernández guardaba con gran pesar no haber logrado compartir con quienes le dieron la vida el éxito del que disfrutó por tantos años y las riquezas que esto le dejó. Su madre y su padre fallecieron antes de que él llegara a todo lo alto.
Vicente Fernández contaba que su madre siempre quiso una casa propia y a su padre le hubiera encantado tener un rancho como Los tres Potrillos, del que siempre estuvo orgulloso el charro y que construyó pensando en su padre.
En su cuenta de Instagram solía compartir detalles de su vida y cómo había comenzado su carrera
Infancia difícil
Cuando el éxito llegó a su vida, la fama no se le subió a la cabeza. Nunca dejó de ser un humilde niño campesino de Huentintán El Alto, a las afueras de Guadalajara, que pintó casas, lustró botas y hacía mandados para vivir, además de lavar coches, según una nota publicada en las2orillas.co.
Vicente Fernández Gómez nació en una familia muy humilde, pero amorosa. Desde muy niño trabajó duro para ayudar en la casa. Hizo todo tipo de oficios, desde ordeñar vacas, lustrar zapatos, lavar platos y vehículos, pintar casas, hasta cantar en fiestas y restaurantes; eso sí, desde pequeño manifestó su gusto por la música.
Nació el 17 de febrero de 1940, en Huentitán, El Alto, Jalisco. Fue hijo del ranchero Ramón Fernández Barba y la ama de casa Paula Gómez , quienes además procrearon a María del Refugio, la mayor y Ana María Teresa, la más pequeña de sus hermanas.
Tuvo una infancia muy precaria, pero muy feliz. Nunca se quejó de la pobreza o carencias que pudo haber tenido. Desde los cinco años empezó su sueño de ser cantante, pues veía las películas de Pedro Infante y le manifestaba a su mamá su deseo de ser algún día como él.
Terminó la escuela hasta sexto grado de primaria, y como castigo, su papá lo puso a ordeñar vacas. Así que se levantaba a las dos de la mañana a ordeñar las vacas y después se iba en bicicleta a repartir la leche por toda la localidad.
A los 14 años participó por primera vez en un concurso amateur de canto en Guadalajara y ganó el primer lugar. Así empezó a presentarse en restaurantes, bodas, mientras alternaba vendiendo lechuguillas de agave.
Su papá trabajaba con créditos las vacas, pero fracasó, así que tiempo después se fueron a vivir a Tijuana en busca de oportunidades de trabajo; fue entonces que Vicente comenzó a lavar coches y platos en un restaurante llamado La Casita; además boleaba zapatos para ayudar a su familia, según un reportaje publicado en msn.com.
También trabajó como albañil poniendo cimientos, hasta que un día tuvo una hernia y entonces le dieron oportunidad de pintar casas. Aún así, durante sus jornadas de trabajo, él se ponía a cantar y entretenía a sus compañeros, por lo que todos querían trabajar con él.
“Chente”, el niño que trabajo de mil maneras, murió el 12 de diciembre del 2021 dejando una fortuna estimada por Celebrity Net Worth, en US$25 millones, producto de 40 años de trabajo en su carrera, apoyado principalmente por su esposa, Cuquita, con quien también conoció la pobreza y carencias pero luego disfrutó de su fortuna.
