“El terrorista dentro del cerebro de mi marido” se titula el escrito en donde Schneider revela que la demencia con cuerpos de Lewy fue la enfermedad que afectó a su marido durante los últimos años y que no sabía. En la autopsia que le practicaron a Williams se conoció su cuadro cínico.
“La demencia con cuerpos de Lewy es lo que mató a Robin (…) la enfermedad le causaba paranoia, alucinaciones, insomnio, fallos de memoria”, así como respuestas emocionales que nada tenían que ver con su carácter, escribió Schneider en la revista.
“Nunca sabré la verdadera profundidad de su sufrimiento o lo duro que estaba luchando. Pero desde mi posición, vi al hombre más valiente del mundo interpretando el rol más difícil de su vida”, agregó.
Schneider descartó que Robin Williams sufriera de depresión. “Robin estaba limpio y sobrio, y, de alguna manera, rociamos esos meses de verano con felicidad, alegría y las cosas simples que amábamos: comidas y celebraciones de cumpleaños con la familia y amigos, meditar juntos, masajes y películas, pero, por encima de todo, simplemente coger la mano del otro”, escribió.