Vida

“A estirar los billetes”

Sociedad: Las mujeres son buenas administradoras del hogar

Cuando el gasto no alcanza, porque todo está por las “nubes” y los ingresos son mínimos, las mujeres se ven obligadas a ingeniárselas para satisfacer las necesidades de su familia.

La mayoría de féminas son buenas administradoras, hacen maravillas con el dinero para cubrir las necesidades del esposo, hijos e hijas, sin importar el sacrificio que ello implique.

“Antes de invertir el salario en cualquier otra cosa, las mujeres piensan primero en lo que requiere la familia, porque nos han educado para hacer buen uso del dinero”, indica la trabajadora social Azucena Eiyadeh Bautista, encargada del programa de investigación y sistematización del Grupo Guatemalteco de Mujeres, GGM.

Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos del año 98-99, los hogares administrados por mujeres inviertieron en alimentación, vestuario y vivienda.

Triple jornada

Muchas veces el esposo cree que la mujer hace mal uso de las finanzas, porque llega la quincena y ya se agotó el presupuesto destinado. Sin embargo, el gasto real de casa únicamente lo conocen las damas: ellas suelen ser las que están pendientes del cuidado de los hijos, de que no haga falta algo en la despensa, de las exigencias en el colegio, y de satisfacer a su marido, quien pide en cada tiempo de comida una pieza de carne.

Esos tragos amargos que pasan muchas madres, las obliga a trabajar horas extras, tanto dentro del sector formal como del informal. ¿Quiénes son las personas que están ofreciendo productos de venta por catálogo? ¿Las que venden comidas los fines de semana? ¿Las que están negociando ropa o joyas? ¿O las que lavan ropa y limpian casas?

Alicia Rodríguez, de la coordinadora Beijin Guatemala, explica que en principio toda mujer tiene doble, y a veces triple jornada de trabajo para satisfacer las necesidades de sus seres queridos, las que no son cuantificadas por el sistema económico. Algunas investigaciones han demostrado que las mujeres suelen laborar hasta 16 horas diarias.

Ejemplares

Sonia Escobedo, del Sector de Mujeres de la Asamblea de la Sociedad Civil, indica que según datos de la Encuesta de Ingresos y Gastos Familiares, los hogares encabezados por féminas, que son aproximadamente el 20.5% de los núcleos, se preocupan por invertir más cantidad de dinero para vivir en mejores condiciones, que los dirigidos por hombres.

Por ejemplo, llama la atención que el 56.7% de las casas guiadas por una mujer están elaboradas con materiales de fábrica y tienen mejores acabados. Mientras que la de los hombres es de 51.9%. La diferencia no es significativa, pero lo que impacta es que este grupo de mujeres, con un salario muchas veces menor, sabe administrar mejor los ingresos.

Según los datos de la encuesta, el 70% de ellas tienen agua potable; el 45.2% inodoro. Mientras que 63% y 37.4%, respectivamente, corresponde a hombres.

También indica que se preocupan por tener una línea telefónica y televisión, entre otros recursos.

Escobedo, agrega que los hogares dirigidos por mujeres muestran considerables mejorías, que los encabezadas por hombres, posiblemente se deba a que muchos de ellos tienen vicios, o hijos con otras mujeres, entonces no pueden invertir para mejorar su vivienda.

Trabajadoras

La ingeniera María del Carmen Aceña, presidenta del Centro de Integración Económica Nacional, CIEN, explica que dependiendo de los ingresos que se tengan, así se destinarán las prioridades para invertirlo.

En la mayoría de los hogares del país, la mujer no trabaja fuera de casa, y las pocas que sí lo hacen pertenecen al sector informal, por lo que no están amparadas por la ley; trabajan por cuenta propia.

En Guatemala sólo una tercera parte de las damas están registradas bajo la Población Económicamente Activa, PEA.

El gasto

La mujer se debe capacitar y educar para lograr mejores oportunidades. Es indispensable que se reconozca, también, el trabajo doméstico.

Es necesario apoyar a las féminas en las ventas o trabajos extras que éstas realicen.

Es importante que se deje cualquier vicio para que se puedan cubrir otras necesidades del hogar.

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