- Tener una buena visión.
- Mejorar la digestión, para evitar el estreñimiento.
- Mantener el peso adecuado.
- Prevenir enfermedades cardiovasculares e infecciones
- Prevenir afecciones crónicas y degenerativas como el cáncer, la obesidad, la diabetes e hipertensión.
Se debe seleccionar vegetales de todos los colores: rojos, amarillos, blancos, morados o verdes.
Rojos: tomate, sandía, chile pimiento, manzana, fresas y rábano. Son ricos en fitoquímicos como el licopeno y las antocianinas, que mejoran la salud del corazón y disminuyen el riesgo de cáncer.
Amarillos y anaranjados: zanahoria, güicoy, papaya, naranja, mandarina, piña y mango. Contienen vitamina C y betacaroteno, para ayudar a conservar una buena visión, mantener la piel sana y reforzar el sistema inmunitario.
Blancos: coliflor, cebolla, banano, anona, pepino y nabo. Son ricos en fitoquímicos y potasio, que contribuyen a reducir los niveles de colesterol, bajar la presión arterial y prevenir la diabetes.
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Morados: berenjena, arándanos, remolacha, moras, uvas y ciruela. Sus antioxidantes y fitoquímicos combaten el envejecimiento, disminuyen el riesgo de cáncer y preservan la memoria.
Verdes: brócoli, acelga, espinaca, berro, limón, chipilín, macuy y pera. Contienen luteína, un antioxidante que refuerza la visión. También tienen potasio, vitaminas C y K y ácido fólico.
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No hay que olvidar consumir por lo menos cinco porciones de vegetales y frutas al día, para obtener el máximo beneficio.
Comer las frutas enteras, rodajas, es mejor que los jugos. Ingerirlas con cáscara, cuando sea posible. No agregarles azúcar, miel, crema o sal.
Las verduras no deben cocinarse en exceso; de preferencia al vapor y con poca sal.