Además de una educación de calidad por parte de los padres, hay que tomar en cuenta que un niño puede verse beneficiado de gran manera si está en constante interacción con elementos de la naturaleza.
Es bien sabido que los elementos que conforman un ambiente natural pueden generar, independientemente de la edad de una persona, múltiples beneficios tanto a nivel físico como emocional o incluso espiritual.
Según un artículo del Child Mind Institute que explica los motivos por los que los niños deben pasar tiempo en la naturaleza, la interacción del menor al medio ambiente puede provocar beneficios como el aumento de la confianza y del bienestar general.
“Muchos investigadores coinciden en que los niños que juegan al aire libre son más felices, prestan mejor atención y son menos ansiosos que los que pasan más tiempo dentro de casa”, señala el artículo.
También menciona que estas actividades al aire libre se han visto afectadas recientemente por varios motivos, como el aumento de los dispositivos tecnológicos, el temor constante de los padres a riesgos como enfermedades o la comodidad que supone el interior de los hogares para el disfrute del niño.
Beneficios de la naturaleza en la infancia
Son numerosos los beneficios que los niños obtienen al estar involucrados en actividades relacionadas con la naturaleza, independientemente si se tratan de actividades físicas o de ejercicios de observación y exploración.
Para Jakelyn Yuman, presidenta de la Junta Directiva en Asociación Nacional de Muchachas Guías de Guatemala, la cual desarrolla múltiples actividades exclusivas para las niñas, los beneficios primordiales que obtienen las menores son una mejora en su físico y en la reducción de inseguridades.
“Para nosotras la formación física de nuestras niñas, y el que ellas puedan desde pequeñas fomentar ese aspecto de la salud, es primordial. Sin embargo, en el aspecto emocional es donde más impacto puede haber, ya que el contacto con la naturaleza tiene beneficios como la reducción de la ansiedad y de las inseguridades”, dice Yuman.
También menciona que, el hecho de que los niños contemplen lo grande que es un ambiente natural, como lo puede ser un bosque, así como sus diferentes elementos, les permite ampliar su perspectiva y coexistir de mejor forma con el ambiente.
Por otra parte, Eliú Jeremías, miembro de la Asociación de Scouts de Guatemala y encargado de la comisión nacional de formación, dice que el aire puro de los ambientes naturales ayuda a los niños que padecen enfermedades respiratorias, además de promover un ambiente de compañerismo y cooperación, lo que previene que el niño se desarrollé en un ambiente de soledad.
“Siempre tratamos de recalcar en los niños el amor hacia la naturaleza, y el respeto que deben tenerle, además de los animales que vivan en esos ecosistemas, por más pequeños que sean como lo puede ser una hormiga”, dice Jeremías.
Además, Jeremías asegura que incluso hay un espacio en donde se desarrolla el aspecto espiritual, ya que dice que a los niños se les enseña que la naturaleza es una creación de Dios y que necesita de atención y cuidados.
“Los niños que tienen entre los cinco y los once años, han vivido una época muy dura con el encierro producto de la pandemia, lo que crea tensión, ansiedad y estrés, y los scouts, así como los ambientes naturales son una buena “excusa” para liberar toda esa energía acumulada”, señala Jeremías.
Actividades
Ya sean las caminatas, el campismo o la exploración del entorno, son numerosas las actividades que los niños pueden hacer una vez que entran en contacto con la naturaleza, todas con beneficios para su desarrollo y bienestar.
“Muchas de las actividades se pueden enfocar en caminatas, senderismo, excursiones y campamentos”, afirma Yuman al referirse a las actividades que conforma el Movimiento Muchachas Guías de Guatemala.
Las actividades varían dependiendo de la edad de las niñas, Por ejemplo, en Muchachas Guías manejan el concepto de acantonamientos, que son salidas y excursiones en donde las niñas más pequeñas pernoctan bajo el techo de alguna edificación, mientras que las niñas de mayor edad acampan en una zona natural.
Por su parte, Jeremías dice que hay actividades en donde se busca que los niños desarrollen a temprana edad un apego a la naturaleza.
“En nuestro caso, cuando un niño se va a una caminata, cuando se va a una excursión, se le enseña que la naturaleza es totalmente sagrada. No puede cortarle alguna rama, no puede jalar hojas de algún árbol, no puede cortar flores, a menos que estén en el suelo”, dice Jeremías.
Otras actividades que mencionan los expertos van relacionadas a la exploración, el contemplar el ambiente e inspeccionar cada uno de sus elementos. A pesar de ser una actividad que no requiere un mayor esfuerzo físico, sí permite desarrollar a los niños cualidades como la curiosidad o la resolución de problemas.
Desarrollo integral
A veces, por las circunstancias, falta de tiempo o incluso por no contar con un área natural cerca no es posible que los niños puedan interactuar con la naturaleza y fortalecer su crecimiento, curiosidad y desarrollo.
Para ello, en Guatemala existen diversas asociaciones y movimientos que tienen por objetivo que el menor pueda desarrollarse mediante actividades individuales o colectivas dentro de un ambiente natural.
Uno de los más conocidos es la Asociación de Scouts de Guatemala, fundada hace más de cien años, en donde Reginaldo Sierra, jefe Scout Nacional, explica que el movimiento está dividido en diferentes secciones dependiendo de la edad de los niños.
Afirma que el movimiento scout se trata de un proceso de educación no formal en donde, además de fomentar la incursión con el medio ambiente, también se desarrollan otros valores como la cooperación y la convivencia.
“Tenemos chicos desde los cinco hasta los 24 años, y las actividades giran en torno a las que llamamos “promesas” y “leyes”. Dentro de esas leyes hay una que versa que el Scout ve la naturaleza como una obra de Dios y cuida de los animales y las plantas“, afirma Sierra.
También dice que el movimiento incorpora la vida al aire libre mediante juegos, actividades lúdicas, cantos, danzas y diversas dinámicas con el objetivo que los niños aumenten sus habilidades para que, al final del periodo scout, sean “entregados” a la sociedad con buenos valores y virtudes.
Para su desarrollo, Sierra dice que utilizan diversos espacios públicas y privados naturales de Guatemala así como las denominadas “Campoescuelas”, en donde, en palabras del jefe scout, tiene como objetivo “que los niños no solo vayan al campo sino que aprendan a vivir en él“.
Sierra también menciona que existen seis áreas de crecimiento que los niños pueden desarrollar en el movimiento scout, que son efectividad, carácter, corporalidad, creatividad, espiritualidad y la sociabilidad.
“Todo lo que desarrollamos dentro del movimiento scout es con el objetivo de que forjen un carácter templado y que puedan conducirse en situaciones de presión y tensión no solo a nivel social, familiar o laborar, sino también en la vida en general”, dice Sierra.