Ella ha superado las dificultades de su discapacidad y desde niña se vale de los pies para desarrollar muchas de sus tareas habituales, entre ellas pintar. Su problema se debe a una parálisis cerebral en el área de coordinación motora y esto ha afectado su locomoción, su movimiento en brazos y piernas.

Hasta la fecha ha presentado seis exposiciones personales y participado en muchas colectivas. Divide su tiempo entre la pintura y su hija de 8 años.

Además de dar pláticas motivacionales, colabora con la Comunidad de Pintores de Boca y Pie, con sede en Suiza y Alemania.

¿Cómo empezó con la pintura?

?Empecé como un cuestionamiento que uno se hace en la vida, en qué actividad se va a desarrollar, cómo se va a integrar a la sociedad, cómo me voy a agenciar de medios económicos para vivir, porque tú sabes, los padres no son eternos. Mi papá falleció hace cuatro años. Él me apoyó en todo, igual que mi mamá; ella nunca vio que yo pintara. Surgió dentro de mí esta inquietud desde los siete años. En el colegio había un compañero, el licenciado Rodrigo Mayén. Él y su mamá iban a clases de pintura, ellos me fueron orientando. La primera maestra fue doña Josefina de Polantinos, luego Lucrecia Aguilar, Manolo Gallardo, Luis Penedo de la Riva, Jorge Mazariegos, Sergio Dávila y David Arango. En la Universidad Marroquín recibí un diplomado de pintura y dibujo y también he estado apoyando a la Fundación Artes Muy Especiales. Ellos me han abierto sus puertas?.

¿Qué tan difícil le ha sido desarrollarse en el campo artístico?

?Difícil porque los artistas de renombre son egoístas algunas veces. Para la Bienal sólo me llamaron una vez. Cuando hay exposiciones de personas ya conocidas no me llaman. Unas amigas pintoras sí me llamaron y expuse con ellas en el 85; expusimos un gran grupo de mujeres. Como no salgo en la prensa en mucho tiempo, la gente piensa que no existo?.

¿Qué ha significado la pintura en su vida?

?Un vehículo, un medio para poderme comunicar con las personas, también un medio para agenciarme de medios económicos, no en gran cantidad?.

¿Qué ha sido lo más difícil de superar?

?Cuando hago una figura, que el color no se me corra, que no se me pase a otra área. Tenés un borde y de ese borde no se tiene que pasar el color para el otro lado, si se pasa ya te sale una pintura un poquito chuecona. Me ha gustado manejar el pincel al menor movimiento y más control para que no se me traspase un color a otra área. Trazos muy finos. Estoy practicando el impresionismo a base de manchas. Yo voy bajo las corrientes vanguardistas?.

¿Cuándo empezó a usar los pies para pintar?

?Empecé jugando, haciendo bolas de lodo mezclado con agua. Me gustaba muchísimo el jardín, sentarme en la grama, jugar con mis cosas de niña, cogía piedras, hojas y me las sobaba en las plantas de los pies. Como estaba en la época de crecimiento y desarrollo, te lo pide el cuerpo. Ahí vi que podía tener control de ellos para el lápiz o el pincel. Primero hacía acuarelas, agarraba hojas y hojas para dibujar?.

¿Con qué frecuencia pinta?

?Pinto dos o tres veces a la semana porque no puedo recargar mi espalda, estar sentada, tener las piernas en cierta posición. Lo que hago es que pinto, descanso y pinto. Hago algunos ejercicios y al día siguiente pinto otro poquito a intervalos?.

¿Qué quisiera que la gente vea en sus obras?

?Quisiera que vieran mi belleza interna, quisiera que vieran que estoy viva. Yo lo que quisiera es que las empresas grandes me llamaran para patrocinarme una serie de cuadros, que me compraran unas pinturas?.

¿Cuál ha sido su proyecto más grande?

?Haber participado en un concurso a nivel mundial y haber ganado un premio, el tercer lugar a nivel mundial. También tener una hija, pero eso ya sería aparte. El poder ingresar a la Fundación Artes muy Especiales?.