Ya introducidas en ocasiones anteriores, las mascarillas para la contaminación de diseño han proliferado este año y muchos modistos han optado por dar su toque personal a un complemento indispensable para millones de habitantes del gigante asiático.
Pocos se atrevieron tanto, en todo caso, como el diseñador chino Wei Chao, de Ilovechoc.
En un registro “casual”, Wei acompañó sus mascarillas de palabras en camisetas o pantalones como breathe (respirar, en inglés), We Hate PM2.5 (odiamos las PM2.5 -las partículas contaminantes más pequeñas y dañinas para la salud) o Greenhouse Effect (efecto invernadero).
Wei incluso hizo desfilar a algunas modelos con bolsas de plástico decoradas en la cabeza, un mensaje que podrían sonar a provocación en un país poco dado a la crítica.
Otras ideas arriesgadas en esta Semana de la Moda de China se dirigieron al público masculino, porque los ciertos diseñadores locales anticiparon las sandalias con calcetines y los velos como tendencias para la próxima temporada.
No faltaron desfiles temáticos como los dedicados a la saga Star Wars o al manga y también se coló en las pasarelas pequinesas Hello Kitty, con diseños para niñas y no tan niñas.
El broche a esta edición de la Semana de la Moda lo puso este lunes la firma Jefen, del diseñador Frankie Xie, que, basándose en el agua y en las plantas acuáticas, apostó por vestidos de movimiento fluido y acabados vaporosos.
Las faldas muy largas y las muy cortas se alternaron en un desfile exclusivamente femenino que tuvo como patrón común la monocromía de los vestidos, muchos de ellos rematados con diademas de motivos florales.