Sánchez destacó cómo De la Renta, quien falleció el 20 de octubre de 2014 a los 82 años de edad, llegó a la pasarela europea y cómo mantuvo su vigencia “hasta el último día de su vida”.
“Su relevancia en el mundo de la moda es algo que quisiera emular, poder lograrlo con mi carrera”, afirmó el modisto, quien destacó que la ausencia de la elegante figura y sonrisa del icónico diseñador “ha dejado un vacío” en la Semana de la Moda de Nueva York.
Agregó que el creador dominicano, que vistió a primeras damas de EE.UU. como Jacqueline Kennedy y Michelle Obama, es además la prueba de que “los latinos tenemos mucho que ofrecer en la moda”.
Legado
Poco antes de morir, el diseñador dominicano nombró como director creativo del imperio que comenzó en 1965 en Nueva York al inglés Peter Copping, quien en los dos desfiles de este año afrontó con éxito el reto de continuar con el legado de exquisitez que ha caracterizado la marca, a la que De la Renta llevó el color y la luz del Caribe donde nació y creció.
De la Renta decía que su gran fortaleza era saber quién era y de dónde venía.
“La transición de la marca ha sido un proceso natural, no he sentido que haya tenido un impacto: Supieron escoger muy bien a su sucesor”, comentó al respecto Sánchez.
Para el dominicano Francisco García, que trabajó con De la Renta hasta su muerte, y el colombiano Raúl Peñaranda, el legendario modisto fue la persona que estuvo a su lado para darles el mejor consejo, más allá del ámbito laboral.
García, que trabajó para la firma desde 2009-2015 y que este año lanzó su propia marca, agradece que De la Renta haya creído en él, pese a que no estudió moda.
“Él me enseñó más a nivel personal porque para levantarse cada día y hacer lo que a uno le encanta hay que disfrutarlo. Hay que reirse, no importa cuántas peleas tenga uno en el trabajo”, recordó el modisto.
De la Renta, agregó, creía en la expresión francesa de “la felicidad durante la vida” y, a nivel del trabajo, “me enseñó más que nada a escuchar a todo el mundo, no pretender que la opinión de una persona no vale”.
Para Peñaranda, quien agradece que el diseñador dominicano le abriera la puertas de la industria, ha sido un año “de vacío y melancolía” pero también “de alegría” porque celebran “su legado”.