¿Cómo ha compaginado su carrera de actriz con la de violinista?
?Las dos son iguales. Mi verdadera profesión es la música, yo me gradué de músico (en el Conservatorio), toda mi familia es de músicos (es hija del maestro Jorge Sarmientos y hermana de Igor, ambos directores de orquesta), pero desde hace 11 años que arranqué con la actuación, que yo ni sabía que iba a terminar actuando?.
¿Cómo empezó su carrera como actriz?
?Con ?La Epopeya?, que estaba a nivel universitario, y de allí vino el gran éxito. Se llevó a nivel profesional, se hizo la producción, y así, de puro chiripazo?.
¿Fue allí en donde conoció a Jorge (Ramírez Fuentes)?
?No. A él ya lo conocía de antes. Él fue el que me invitó a participar en ?La Epopeya?. Fue como le digo, una cosa a nivel muy informal, casi tipo Huelga de Dolores, una obra del grupo Tortilla con Sal, en ese entonces, y de repente Douglas González fue quien la produjo por primera vez a nivel más serio.
La estrenamos a nivel más alto en el 91, pero ?La Epopeya? tuvo su primera presentación el 19 de octubre del 90?.
¿Por qué la comedia política?
?Eso es cuestión de los autores. Pienso que alguna cosa que le gusta mucho al guatemalteco es verse retratado en el escenario. Una cosa buena es que a todo le saca chiste, incluso en los velorios. Es muy fácil para el guatemalteco que hasta en cosas bastante gruesas que le pasan a sí mismo y al país, de todo saca chiste, porque creo que es la única forma de poder sobrellevar los problemas que diferentes gobiernos nos han venido dando?.
Pero usted también ha actuado en otro tipo de obras.
?Sólo una vez, en ?El Escondido?, de Mario Monteforte. Hace poco estaba hablando con Willy (Guillermo Ramírez Valenzuela), mi director, y yo le comentaba que a veces me dan muchas ganas de hacer algo diferente, ya no comedia. Ahorita estoy metida en la filmación de la película de Monteforte Toledo, ?Donde acaban los caminos?. Gané allí el papel de dueña de un hotel, un papel pequeño; sin embargo, mi sueño dorado es hacer cine. Cuando tuve la oportunidad de estar en esta película, para mí fue genial. Al ver cierto tipo de escenas me imagino haciendo escenas hasta de cama y cosas así, no por morbo, de una vez aclaro (ríe). Yo sé que tengo el potencial de poder explotar, de hacer una escena de violencia o una escena triste; tengo la facilidad de hacer drama?.
¿Cree que el hacer sólo comedia limita sus posibilidades de expresarse en otras áreas de la actuación?
?No. Es el público el que lo limita a uno. Por ejemplo en ?El Escondido? hicimos la función para unos colegios. La cosa es que yo tenía dos años de estar haciendo comedia, ?La Epopeya?, ?Good bye Belice? y cosas así; entonces, en el foro uno se los patojos se levantó y me preguntó qué se siente estar encamada. Si usted se recuerda una escena bien grosera que tuve en esa obra. Me decían como que a ellos mismos les daba clavo. Realmente verme en una situación de esas para la gente sería chocante.
Por eso le digo que pienso que es el público el que limita un poco la aceptación hacia uno en determinados papeles. A mí me han visto como comediante. Yo creo que al público le costaría bastante verme en un papel dramático, pero que uno se limite por hacer comedia, eso no es cierto. Uno sabe su potencial?.
De las reacciones que ha recibido del público, ¿recuerda una en especial?
?Me pegaron en ?Chicharrón con Yuca? y me han maltratado como tres veces. Yo hacía una aparición de Portillo entrando por el público, y me decían ?hijo de tantas?, ?ladrón? y no sé cuántos, y un señor o señora me dio ¡poc! en la espalda. Claro, uno se enoja en el momento, pero yo no podía rematar, y digo qué buena nota, eso quiere decir que el personaje está tan bien hecho, que la gente lo siente así como que en serio.?