Esto se refleja por ejemplo en quienes tienen la capacidad de seguir sin problemas una conversación en un ambiente muy ruidoso, sin perder el hilo de lo hablado ni distraerse. Los científicos señalan que eso quizá se deba al haber ejecutado en la infancia algún instrumento.
“Basados en lo que ya sabíamos de cómo la música ayuda a desarrollar el cerebro, el estudio sugiere que lecciones de música durante un periodo breve pueden beneficiar la forma que escuchamos y aprendemos para toda la vida”, explicó la autora del estudio, Nina Krauss.
Novedad
Anteriores estudios habían concluido que la música podía ser buena para el cerebro, pero este es el primer trabajo que sugiere que los efectos pueden ser muy prolongados.
“La forma en que percibimos el sonido actualmente está dictada por las experiencias con este que hemos tenido hasta el presente”, dijo Krauss.
“Inferimos que unos pocos años de lecciones de música incluso brindan ventajas al momento de percibir y atender sonidos en las comunicaciones cotidianas, incluso en restaurantes ruidosos”, añadió.
La profesora Krauss considera que su estudio puede ofrecer respuesta a una de las más frecuentes preguntas de los padres: ¿Se beneficiarán mis hijos de ir a clases de música, aunque sea por poco tiempo?
La investigación demostró que quienes habían estudiado música, incluso por poco tiempo, eran particularmente efectivos en extraer la frecuencia más baja en el sonido, necesaria para escuchar música o palabras en ambientes muy ruidosos.