Las enfermedades gastrointestinales provocan deterioro en la salud de las personas pudiendo llevar a la muerte. Muchas de estas tienen su origen en una alteración en flora intestinal que puede ser responsable de varias afecciones.
La médica María Vázquez Roque, profesora en gastroenterología y hepatología de la Clínica Mayo de Jacksonville, Estados Unidos, conversa al respecto.
¿Qué factores alteran la flora intestinal y de qué forma afecta esto?
Los antibióticos, dieta pobre en fibra y rica en azúcares, un estilo de vida poco saludable y sedentaria. Cuando esto sucede ocurren trastornos gastrointestinales, incluyendo la infección por Clostridium difficile (ICD), síndrome de intestino irritable, obesidad, hígado graso, aterosclerosis, diabetes, fatiga crónica y enfermedades neurológicas.
¿Cómo se trata habitualmente la ICD?
Básicamente, con dos antibióticos, el Metronidazol y la Vancomicina, los que pueden administrarse solos o combinados, en los casos más severos. Recientemente, se dispone de un nuevo antibiótico macrocíclico, la Fidaxomicina. Este fármaco ha demostrado disminuir notoriamente las recaídas, pero su costo es excesivamente alto. No hay estudios que justifiquen el uso de probióticos, sales biliares y lavados intestinales completos para el tratamiento. Por eso, se ha probado con el trasplante de microbióta fecal con resultados sorprendentes.
¿En qué consiste este nuevo tratamiento?
El concepto es insertar heces de una persona sana en una enferma, para curar una determinada afección. La meta es romper el ciclo de agentes antibióticos que alteran la flora.
¿Cuáles han sido los resultados?
El estudio, que se publicó en The New England Journal of Medicine, se hizo con 43 pacientes que tenían la bacteria Clostridium difficile. Se les dividió en tres grupos. Al primero se le administró Vancomicina; el segundo se trató con Vancomicina y un lavado intestinal; y al tercero se le hizo un trasplante de microbióta fecal. Del grupo que solo recibió el antibiótico, un 30.8 por ciento registró cura sin recaída. El grupo al que se le agregó un lavado de intestinos reflejó sólo un 23.1 de cura sin recurrencia. En cambio, el 93.8 de los pacientes que recibieron el trasplante lograron mejorarse y no registraron recaída tras seguimiento.
¿Cómo se realiza el procedimiento?
En un recipiente, se recoge una muestra de heces del donante, seis horas antes del trasplante y se procesa en la unidad de endoscopia. A través del ano se introduce el colonoscopio, que permite colocar el material fecal en el íleon terminal y en el ciego.
¿Hay riesgos de infecciones o contagio de enfermedades que pueda tener el donante?
Hay un protocolo médico. Se da preferencia como donante a miembros de la familia, los que son sometidos a numerosos exámenes que permiten descartar la presencia de patologías infecciosas como el VIH, trastornos autoinmunes, uso de drogas y otros factores que arriesgan la salud del paciente.
Fuente: Clínica Mayo