La música ha sido mi compañera de viaje toda la vida, ha estado en mis momentos de alegría como de tristeza, de paz como de locura, y este viaje me ha llevado cada día a quererla más. Como compositor estoy consciente de que somos la voz de muchos, y que la música deja de ser nuestra en el momento que otros la adoptan, por lo que debemos de cuidar cada detalle de lo que decimos.
El arte debe construir y no destruir, debe de unir a las personas y con eso buscar la posibilidad de hacer de Guatemala un mejor país.
El vivir fuera nos da la responsabilidad de representar de buena manera al país ante los ojos del mundo, no importa el oficio o profesión, lo que vale es dar lo mejor de cada uno.
Llevo 15 años fuera y siempre que marcho hacia Guatemala se despiertan muchas cosas y sueños que se quedaron pausados desde que me fui, desde darle un abrazo a la familia hasta cosas tan simples como jugar futbol con mis amigos de mi infancia.
Es indescriptible lo que siento cuando el avión está por aterrizar. Nunca imaginé que mi mirada estaría tan fija en una ventanilla, pero siempre estará fija porque todo lo que veo tras ese vidrio lo llevo siempre en el corazón: ver el paisaje con sus volcanes que te reciben de manera majestuosa y aquel anhelo de reencontrarme con mi gente.
He pasado muchos años lejos, y no ha existido el día que no recuerde a Guatemala con felicidad. Siempre estará en mi corazón hasta el momento de nuestro reencuentro.
*El cantautor y compositor guatemalteco Carlos Samayoa radica en Estados Unidos desde hace 15 años.