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Germán Alcántara: A 157 años de su legado musical y nacionalista

El 30 de octubre de 1893 nació el prodigioso compositor guatemalteco Germán Alcántara. Hoy rememoramos su carrera musical e ideológica que dejó huella en el país.

El maestro Alcántara vivió escasos 47 años dedicado a la música. (Foto Prensa Libre: Internet)

El maestro Alcántara vivió escasos 47 años dedicado a la música. (Foto Prensa Libre: Internet)

Hay nombres que se quedan impregnados por su trascendencia en imaginarios, placas de metal y en la Historia. El de Germán Alcántara es uno de ellos.

Su excelsa figura musical lo llevó a ser reconocido local e internacionalmente. Hoy, 30 de octubre, a 157 años de su natalicio, su legado sigue vigente.

Se le atribuyen grandes éxitos de orquesta como las afamadas composiciones La flor del café y Mi bella Guatemala. Por si fuera poco, el Conservatorio Nacional de Música -con una existencia de 147 años- lleva el nombre del compositor.

Su recorrido artístico empezó desde casa. Su padre, Ramón Guerra lo aleccionó durante los primeros años. Uno de los datos interesantes de su vida hace referencia a su apellido, ya que usaba el de su madre; Prudencia Alcántar.

De aquel nicho, Germán empezó a adentrarse en la música instrumentalizando el cornetín. Con el paso del tiempo, su formación se complementó con maestros de la disciplina como Pedro Vissoni, Vicente Andrino, Lorenzo Morales, y en especial con el alemán Emil (o Emilio) Dressner.

Carrera musical

La historia de Alcántara no hubiera sido la misma sin su acercamiento a Dressner, quien se reconoce como un director de orquesta y compositor influyente para la historia sonora del país hacia finales del siglo XIX e inicios del XX.

El alemán dirigió el Conservatorio (mismo que quiso convertir en escuela de música militar), fue reconocido por su ejecución en instrumentos de viento, y por academizar a una generación de músicos relevantes; entre ellos, Alcántara y Rafael Álvarez Ovalle, autor de la composición del Himno Nacional.

La carrera musical de Germán se forjó desde distintos espacios importantes para la época. En 1892 llegó a integrar la Banda Marcial de Guatemala, misma que dirigió hasta 1897. Se dice que la agrupación alcanzó un gran nivel hasta ser reconocida por un tiempo como la mejor de Centroamérica.

Luego de renunciar al cargo por discrepancias políticas con el entonces presidente José María Reina Barrios -de acuerdo con La Historia General de Guatemala-, Alcántara se dedicó a la dirección de temporadas de zarzuela -una forma de música teatral-, y trajo obras de este tipo mediante compañías extranjeras de España y México.

En ese periodo también fue director titular de la Banda de Antigua Guatemala. Durante la época surgieron varias de sus dos obras más representativas (La flor del café y Mi bella Guatemala).

Fue en 1907 que la vida como músico de Alcántara fue consagrada. Asumió como director del Conservatorio Nacional de Música el 5 de marzo y durante su periodo liberó a la institución de una serie de problemas de estructura hasta que se definió el inmueble oficial en la 13 avenida entre 9ª y 10ª calle de la zona 1, según escritos del historiador Carlos Prahl.

El 14 de julio de 1910 la muerte lo sorprendió durante su gestión como el director número once del Conservatorio Nacional. En la actualidad, la máxima institución para la formación pública de bachilleres en música lleva el nombre del recordado compositor.

Piezas memorables

De acuerdo con Ricardo del Carmen Fortuny -violoncelista y catedrático en el Conservatorio Nacional de Música, así como en la Escuela Municipal de Música- las obras de Alcántara se recuerdan por su “peculiar vitalidad y encanto melódico”.

El legado del compositor se relaciona a un hacer musical que cambió la idea de las composiciones hacia finales del siglo XIX; en específico con la música para salón, marchas, valses y mazurcas. Del Carmen Fortuny destaca la versatilidad en las piezas de Alcántara, mismas que han pasado por distintas adaptaciones.

Algunas de las obras emblemáticas del compositor son: Desdén (una canción a dúo), Libre pensamiento (marcha) y Dime que me amas (vals lento).

Destacan por supuesto la mazurca Mi bella Guatemala, presente en los famosos repertorios de marimba y el vals La flor del café, dedicada al poeta Manuel Valle, y que fue premiada en Alemania.

Ernesto Calderón, fundador y actual director de la orquesta sinfónica de la Escuela Superior de Arte de la Universidad de San Carlos, especifica que la importancia de la Flor del café radica en su tradición, ya que por mucho tiempo ha sido una pieza bailada por parejas recién casadas en el festejo matrimonial.

Se ha dicho que La flor del café, fue inspirada en los cafetales de Antigua Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

El músico explica que las dos canciones representativas de Alcántara son composiciones influenciadas por ritmos europeos, como respuesta a la escritura heredada por Emilio Dressler.

Legado cultural

Aunque Alcántara murió joven, su herencia propició un nuevo capítulo para la historia de Guatemala. Su trabajo como formador hizo que nuevas generaciones accionaran para la creación de la Escuela Militar de Música, explica Ernesto Calderón.

“El legado más profundo del maestro fue la importancia de incentivar la formación musical como algo académico y profesional”, agrega.

Por su parte, Ricardo del Carmen Fortuny expresa que su música tiene la facultad de llevarnos “a la Guatemala de antaño; la que ya no vuelve”.

El Conservatorio Nacional de Música Germán Alcántara se fundó en 1873. Luego de pasar por varias sedes, actualmente se ubica en una esquina de la 3a. avenida y 5a. calle de la zona 1. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

El 30 de octubre de 1963, el presidente Miguel Ydígoras Fuentes rindió homenaje póstumo a Germán Alcántara, con motivo del centenario de su nacimiento. La esposa de Alcántara recibió la Orden del Quetzal en nombre suyo.

Los homenajes a su figura se pueden ver en el Conservatorio Nacional de Música que lleva su nombre. Asimismo, su retrato figura junto a los compositores Mariano Valverde y Sebastián Hurtado, en el diseño del billete de Q200.

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