Vida

Roban piezas de valor en el Cementerio General

El latrocinio no ha respetado ni el panteón de los intelectuales.

Si usted llega al cementerio general y ve las condiciones en que está el panteón de los intelectuales, más que tristeza le dará cólera.

El lugar está sucio y en las paredes sólo quedan los orificios de las letras de bronce que ladrones se llevaron quién sabe cuándo. El propósito de este era reinhumar a los intelectuales sepultados en el extranjero. El panteón fue construido en el gobierno de Miguel Ydígoras Fuentes (entre 1958 y 1963).

El propósito de Ydígoras, según el arqueólogo Carlos Navarrete, era repatriar los restos del escritor Enrique Gómez Carrillo (sepultado en Pierre Lachaise, París) y como no se pudo, hicieron un panteón simbólico. En este sólo se lee: ?Si bolicos: nriq mez i lo 1873-1927?, el resto de letras se las robaron. Igual sucede con la lápida de Antonio José de Irizarri (en la foto), cuyos restos repatriaron de Chile. En esta se lee: ?ntoni o o i arri 1 86-1868?.

El panteón, situado en lo alto de lo que podría ser un montículo prehispánico sólo quedan unas paredes de metal a las que les arrancaron todas las letras de bronce. Quedan las marcas casi ilegibles que podrían traducirse como: ?De Guatemala a sus intelectuales en grado excelso?. El panteón están en una condiciones que da vergüenza.

El panteón de los intelectuales es sólo un ejemplo. Los ladrones no perdonan nada y en diferentes sectores del cementerio se ven lápidas cercenadas a las que les han arrancado las letras o las figuras que las adornaban.

Cerca de allí, quedan los fragmentos y la base de lo que fue una plaqueta de aproximadamente 80 x 120 centímetros. En el lugar en donde están sepultados quienes murieron en un accidente de avión en la sierra de las Minas en 1956. Entre ellos está el pintor Arturo Martínez y el investigador húngaro Janos de Szecsy, el primero en hacer arqueología histórica en Guatemala y que excavó Ciudad Vieja. Según Navarrete, en febrero aún estaba la plaqueta en este lugar y cuando volvió, en el mes de mayo, ya se la habían robado.

¿Qué dice el administrador?

Si roban en las iglesias y en los buses, dice Orlando Sierra de León, administrador del Cementerio General, cómo no van a robar allí.

De esta manera justificaba que en ese lugar entran grupos de delincuentes y se llevan todo lo de valor que encuentren, incluidas lápidas y letras de bronce. Sholcos, depredados, con lápidas fragmentadas y palabras incompletas han quedado muchos panteones. ?El Cementerio General es una institución grande (de 36 manzanas) -agrega el administrador- es un lugar en donde estas gentes ingratas vienen, lo que encuentran de valor se lo llevan, son maras armadas?.

Según sus datos, son 50 guardias asignados a los cuatro cementerios públicos (General, La Verbena, Villa de Guadalupe y Las Tapias). Ocho de ellos, armados con machetes, hacen la ronda nocturna en el General y reciben el apoyo de la Policía Nacional Civil.

Al parecer, los ladrones llegan por la noche (o también durante el día sólo para ver), dejan pasar unos días, arrancan las placas bronce, las tiran por el barranco al basurero y la recogen allá. ?Hace poco los descubrimos como a las siete de la noche -dice el administrador- otras veces hemos sabido que vienen como a las 2 ó 3 de la mañana?. Algunos de ellos han sido aprehendidos.

Los ladrones venden estos objetos en las cercanías del basurero de la zona 3. El precio de una plaqueta de bronce es alrededor de Q100. También los venden por libra. Aparentemente este bronce lo utilizan para fundirlo nuevamente y hacer otros objetos. Sierra dice no tener idea de la cantidad de cosas que se han robado y tampoco han recibido muchos reclamos de los propietarios de los panteones.

?Lo que podemos hacer es que no encuentren nada?, afirma. Por eso el administrador recomienda: ?que la gente no traiga cosas de valor a los mausoleos, adornos de bronce, lápidas de bronce, imágenes?.

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