Aunque hablar no requiere que los conductores aparten la vista de las vías por las que circulan, es difícil hablar por teléfono sin tener que alcanzarlo primero o marcar un número, factores que aumentan el riesgo de choque, señalaron los investigadores.
Estudios previos con simuladores, pruebas de manejo y registros de celular sugieren que el riesgo al conducir aumenta cuando la gente está en el teléfono móvil, especialmente entre los adolescentes. Las personas de entre 15 y 20 años representan sólo el 6% de los conductores, pero suman el 10 por ciento de las muertes por accidentes de tráfico y el 14 por ciento de los choques reportados por la policía en los que hay heridos.
Para el estudio, los investigadores en el Instituto de Transporte de la Universidad Tecnológica de Virginia instalaron videocámaras, sistemas de posicionamiento vía satélite, aparatos para monitorear los carriles y otros que miden la velocidad y la aceleración, así como otros sensores en los autos de 42 conductores de entre 16 y 17 años que ya habían obtenido su licencia, y de 109 adultos con una experiencia promedio de 20 años al volante.
El riesgo de choque o conato de accidente entre los jóvenes aumentó más de siete veces si estaban marcando o tratando de alcanzar el teléfono, y cuatro veces si estaban enviando o recibiendo un mensaje de texto. El riesgo también se incrementó si trataban de alcanzar algo diferente al teléfono, veían un objeto a la vera del camino o comían.
Entre los conductores más experimentados, el sólo marcar el teléfono aumentó los riesgos de sufrir un choque o conato de accidente. Pero el estudio comenzó antes de que escribir mensajes de texto se volviera más común entre toda la población, así que los investigadores no saben si es algo igual de peligroso para los adultos que para los adolescentes.
El involucrarse en distracciones aumentó con el tiempo entre los conductores novatos, pero no entre los experimentados.
Los Institutos Nacionales de Salud y la Administración Nacional de Seguridad en Carreteras financiaron la investigación. Los resultados están incluidos en el número del jueves de la revista New England Journal of Medicine.