El perro se acostumbró a ladrar, llorar, dar vueltas y correr hacia la puerta del jardín para captar la atención de la familia y mostrar su necesidad de salir, al mismo tiempo cada uno de los miembros del hogar nos volvimos hábiles en comprender el mensaje del perro.
Comento que una de las puertas del jardín está ubicada en mi estudio, en este momento por el covid yo me mantengo gran parte del tiempo en esta área, ya que allí es donde doy consejerías en línea, me ha sucedido en muchas ocasiones que estoy conversando con mis educandos cuando el perro se asoma al estudio, me mira, corre por el lugar, se coloca en la puerta que da al jardín, da saltos y se tranquiliza al momento que le abro la puerta, en esos instantes les digo a mis educandos que me den unos minutos para atender al perro, le abro la puerta y regreso tranquilamente a trabajar, luego de haber hecho sus necesidades el perro entra y regresa a su cama a dormir, el perro ya no molesta y yo sigo trabajando en paz.
Ahora bien, si ignoro al perro, me porto indiferente a su solicitud y no le abro la puerta, se orina en el escritorio donde trabajo o en la mesa del comedor.
¿Por qué comparto este relato? La razón es la siguiente, de la misma manera como logramos convivir con el perro, debemos trabajar las emociones, no se trata de reprimirlas o no sentirlas, al contrario, es conocerlas, atenderlas, procesarlas y trascenderlas de este modo lograremos familiarizarnos con las emociones, dejarlas ser para que pasen y quedarnos tranquilos.
Dicho esto, las acciones para trabajar las emociones son las siguientes:
Primero: Dedique tiempo y esfuerzo a conocer las emociones, lo que siente y piensa.
“No se trata de ver que me hace, el otro se trata de ver que sucede en mí”
Segundo: Percátese del momento en el cual la emoción se enciende e inicia a causar molestia física o mental.
Tercero: Préstele atención, no la ignore, siéntala, vuélvase una con ella y exprese la emoción.
Cuarto: Procésela al reconocer que: yo soy el que siente la emoción, yo la causo y le doy poder.
Quinto: Déjela ser y pasar. Vea cómo se va y la tranquilidad regresa.
Sexto: De gracias por lo aprendido y por conocerse a usted mismo.
Conocer la emociones
André Armas, Educador y Consejero en Bienestar
Al conocer, atender, procesar y trascender las emociones lograremos familiarizarnos con ellas.
Aprenda a trabajar sus emociones escribanos al WhatsApp 4293-5610.