Psicología

7 razones que demuestran que llorar es positivo y no siempre significa depresión

Llorar de alegría, ternura, enojo, temor y también por tristeza es natural y derramar lágrimas es una ayuda emocional.

Los humanos estamos programados para llorar y responder al llanto, es decir que permite que al tener esta reacción sea captado y atendido por quienes nos rodean. (Ilustración Prensa Libre: Shutterstock)

Las lágrimas y el llanto han sido objeto de estudio y observación durante años. "Explicaciones teóricas centradas en las emociones, la evolución biológica y las relaciones sociales humanas han pretendido dar cuenta de las funciones de esta acción", explica la investigación Breve historia de las lágrimas y llanto presentada en 2020 por la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, de la Universidad del Rosario, en Bogotá, Colombia.

A nivel biológico, el líquido lagrimal es una sustancia fisiológica que se produce constantemente para lubricar y proteger la superficie ocular. El aparato lagrimal es un sistema complejo compuesto por múltiples glándulas y conductos.

Al derramar las lágrimas se tiene un comportamiento que conserva la función de comunicar y, en una especie social como la humana, tiene un amplio valor adaptativo para la socialización y, específicamente, para mostrar tanto simpatía como empatía, desde el establecimiento del apego entre la madre y el bebé hasta otros procesos de vida.

Representa un mecanismo de regulación social en tanto se vincula con las respuestas que la persona que llora obtiene de su entorno o de las ganancias secundarias. "Las personas no solo están más dispuestas a ayudar a una persona que llora, sino también a tener una mayor percepción de impotencia de él o ella, lo que explica la relación entre las lágrimas y una mayor disposición a ayudar. El dicho “lágrimas de cocodrilo”, llanto fingido para atraer la atención de otros, proviene de una antigua creencia griega según la cual los cocodrilos simulaban estar llorando para atraer a sus presas", describe la investigación colombiana.

La psicóloga Julissa Martínez dice que unas personas son más propensas que otras a llorar porque es un reflejo involuntario determinado por factores psicológicos, emocionales, ambientales y también fisiológicos. "Incluso personas con enfermedades como Alzhéimer, esclerosis múltiples y otras tienen un llanto que no es por alguna circunstancia ni depresión sino es un tipo de síntoma que tiene este tipo de enfermedades y los expertos evalúan al paciente para determinar la causa", dice Martínez.

Una persona produce entre 55 y 100 litros de lágrimas en un año y por ello a lo largo del año podrían aparecer lágrimas de reflejo y no por emoción, así que es bastante liberador llorar, agrega Martínez.

¿Cómo nos ayuda llorar?

A veces nos preguntamos si está bien llorar o no, pero hacerlo es una reacción a un sentimiento o una emoción y es completamente normal, reflexiona la psicóloga Lea Echeverría. "Es por ello que se requiere un cambio en sociedades como la nuestra porque en los hombres esto es visto como un símbolo de debilidad, cuando no lo es", expresa Martínez.

"Estas emociones pueden ser positivas o negativas, no estoy diciendo que sea bueno o malo sino que si pasamos por un suceso conmovedor que trae alegría, gratitud, ternura, satisfacción, y a veces genera un tipo de llanto; o bien podríamos atravesar por dolor, angustia, desesperanza y reaccionamos ante ello", comenta Echeverría.

"Llorar no es malo, lo malo está en hacerlo con personas o lugares que puedan lastimar ese momento de mucha vulnerabilidad, o bien, usarlo para manipular escenarios para una conveniencia turbia, manipular las emociones, solo nos puede traer mucho daño colateral", agrega la psicóloga Echeverría.

Llorar nos hace vulnerables y hacerlo en un lugar seguro y con personas de confianza ayuda a una mejor gestión de emociones. (Foto Prensa Libre: cottonbro studio/Pexels)

Martínez hace énfasis en que también debemos estar alertas cuando el llanto no se detiene y está acompañado de frases de tristeza, desconsuelo o dolor, en especial en los jóvenes y/o de cualquier persona porque podría ser un síntoma de depresión. Esto podría ir acompañado a que la persona pase con mucho sueño en el día y duerma mucho, no tenga ganas de comer y otros signos de alerta que requieren de apoyo emocional.

Por lo regular, se habla de los beneficios de la risa, pero el hecho de llorar está subestimado ya que solemos asociar nuestras lagrimas a momentos únicamente tristes, sin tener en cuenta todos los efectos positivos que tiene. Echeverría plantea los siguientes puntos a considerar:

  1. Relaja: después de la montaña rusa de emociones es importante gestionar y llorar nos ayuda a alcanzar la calma. Por lo general, podemos observar que cuando lloramos nos sentimos relajados, podemos compararlo con el efecto que tiene un abrazo de una mamá cariñosa o de un ser amado.
  2. Mejora el estado animo: al llorar se produce un aumento de las endorfinas que hacen que el estado ánimo mejore. Cuando las lágrimas se detienen sentimos una sensación de alivio y desahogo al reconocer que hemos liberado de alguna forma la presión que teníamos en nuestro interior. Cuando lloramos manifestamos nuestros sentimientos y esto nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos.
  3. Disminuye el estrés: aprender a manejar el estrés permite una mejor calma física y mental, así como liberar la tensión, lo cual nos permite eliminar toxinas del cuerpo. Al llorar, estamos liberando adrenalina y noradrenalina (estas dos hormonas son llamadas hormonas del estrés) y esto, elimina la tensión física como psicológica y nos hace que seamos capaces de mantener la calma en situaciones complejas que nos puedan llevar a un estrés mal manejado, empujándonos a cualquier desequilibrio físico como mental, incluso como depresión y ansiedad.
  4. Minimiza problemas de salud: quienes lloran más a menudo tienen menos enfermedades que aquellos que no lo hacen, por ejemplo: se ha demostrado que en general las mujeres al llorar más que los hombres sufren menos ataques cardiacos y úlceras.
  5. Nueva perspectiva: al calmarnos vemos la situación desde otra perspectiva más clara, más constructiva, cuando lloramos somos conscientes de nuestras debilidades para solucionar aquello que nos preocupa.
  6. Es una señal de ayuda: cuando vemos a alguien a nuestro alrededor que está llorando aumenta nuestra empatía y sentimos la necesidad de ir a ayudarle y preguntarle lo que le ocurre y si necesita algo. La persona que se encuentra en ese estado suele agradecer la ayuda que se le ofrece en ese momento y es que de modo indirecto envía ese mensaje para ser socorrida, por tanto, podemos decir que el hecho de llorar, estrecha los vínculos entre las personas.
  7. Válvula de escape: si no nos permitimos llorar y mostrar nuestras emociones y sentimiento se siente más presión en nuestro interior y con esto lo único que conseguimos es sentirnos más impotentes. Contener llanto lleva a generar estados de ansiedad o tristeza profunda. Cuando se atraviesa un proceso de mucha vulnerabilidad porque estamos afrontamos situaciones complicadas, lo más aconsejable es desahogarnos con alguien que nos transmita confianza, protección, resguardo y valide nuestras emociones.
ESCRITO POR:
Ingrid Reyes
Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.