Alexis Canahui ha visto esa evolución, por más de una década se ha involucrado en la estrategia y desarrollo de negocios para más de 25 empresas en Guatemala y Latinoamérica, es conferencista en temas de innovación, emprendimiento y desarrollo de ecosistemas de negocios y ha impulsado ecosistemas de emprendimiento, generando contenido de alto valor a través de RevistaWin.com y el multitudinario evento Training Day, que reúne a más de 1,300 emprendedores, empresarios e inversionistas cada año.
Recuerda que en la primera edición de Training Day en 2012 se hizo una breve encuesta entre los asistentes y se consultó a qué edad escucharon por primera vez la palabra “emprendimiento”, más del 65% dijo que hasta la edad adulta y solo un porcentaje pequeño durante su niñez o adolescencia.
Canahuí explica que en esta temática, el ideal es que desde edades tempranas los adolescentes y jóvenes encuentren en qué son buenos, descubran sus sueños y trabajen en prepararse en sus propósitos. “Esto podría ayudarles a irse preparando en profesionalizarse en esas temáticas y que se desarrollen no solo en su educación tradicional sino en estos espacios paralelos que les motivarán en su diario vivir”, agrega.
“Los primeros años es importante enseñarle a nuestros hijos sobre la cultura del emprendimiento, guiarlos en sus grandes motivaciones y en que tengan una razón especial para levantarse de la cama cada día”, explica Canahuí.
Comenzar de cero
Aquí dos proyectos importantes en que jóvenes guatemaltecos han descubierto el camino del emprendimiento y que siguen innovando en su día a día.
Un camino de aprendizaje
Natalia Aparicio, coach y asesora de finanzas empresariales en Prosperidad Global, comenzó desde muy joven a invertir el dinero que ahorraba para empezar a dar vida en sus ideas.
A los siete años cocinaba y vendía galletas a sus amigos y familiares, y también en la niñez vendía algunos perfumes y otros detalles que su abuelita le proporcionaba a manera de entretenimiento y con los que empezó a aprender el valor de las ventas.
En la pandemia, en el año 2020 vino su primer proyecto. Se preparó con cursos y desarrolló su propio taller para mejorar la vida de las personas, el objetivo era que con parte de lo recibido se donara a una persona que necesitaba ayuda y de esto ella recibió Q600. Esta suma la invirtió en un emprendimiento de bolas de chocolate.
Se especializó en crear sabores únicos y se empezó a expandir en detalles comestibles que salen especialmente para fechas especiales como el Día de la Madre, Navidad, Día del Cariño, entre otras. El nombre de su proyecto que sigue vigente es Kefika y se encuentra en redes como @kefika.gt.
Ese año se vendieron 1,500 pedidos de bombas y con eso lograron facturar lo suficiente para comprar su primera computadora y volvió a invertir en un curso de pestañas y cejas. Esta experiencia la vivió a los 18 años.
Aparicio siguió estudiando y ahora también enseña maquillaje y otras temáticas de belleza en su proyecto @alorastudiogt.
Actualmente ella continúa junto a parte de su familia guiando a personas en el manejo de finanzas con la organización Prosperidad Global, que fue creado por su abuelo Eduardo Palacios, quien fue un asesor reconocido en finanzas personales.
“El ideal es buscar su pasión desde el principio e ir ahorrando el dinero que van reuniendo, no importa que sea poco ir guardando hasta obtener una cifra que les ayude a prepararse en un curso o taller y se invierta en aprender o en empezar a comprar productos”, explica.
“Ahora que no tienen que pagar casa, hacer despensa u otras obligaciones es el momento”, agrega Aparicio. También invita a los padres a apoyar a sus hijos y que reconozcan que esta etapa también es de prueba y error.
“No se desanimen si algo falla, el camino es levantarse e ir al siguiente proyecto”, expresa la joven emprendedora. También aconseja recibir mentorías de alguien que admiren.
En la tecnología
A los 15 años, este joven le pidió un préstamo de Q80 a su papá y compró unas golosinas, después de vender tres cajas regresó esa inversión, siguió comprando, vendiendo y ahorrando al final de año completó para comprar su iPod, era el año 2011 aproximadamente.
Para él, preguntar a conocedores es básico para despegar en los negocios. Christian Mayorga tiene hoy 27 años y una empresa llamada Mayfer (@mayfer.dev) dedicada al desarrollo de software a la medida y ofrece soluciones para pequeñas y medianas empresas en las que se cubren áreas como finanzas y recursos humanos.
La empresa se fundó en 2021 después que su emprendimiento con una aplicación de turismo que operó casi dos años hasta que los alcanzó la pandemia. Esto le obligó a ponerle un alto a su primera iniciativa.
“El decidir emprender significa también resolver problemas…esto marca el camino y hay días difíciles, pero termino recordándome del potencial de Guatemala y estoy convencido en que tenemos un gran mercado por desarrollar en este país”, agrega.
Mayorga estudió ingeniería empresarial y programar no era parte de su preparación, “el primer reto es tener las ganas de querer aprender, encontré personas que sabían más que yo y conocí el desarrollo software, leí y estudié acerca del tema”, recuerda el joven emprendedor.