Una de ellas consistía en leerle un cuento al bebé, como Los Tres Cochinitos. En otra actividad, las madres se frotaban el abdomen, y en la tercera, se acostaban con los brazos inmóviles, según time.com
Mientras las mujeres hacían estas actividades, los investigadores detectaban con un sonógrafo las reacciones del feto, y encontraron que cuando las madres masajeaban sus vientres, aquellos tenían más movimientos de brazos, cabeza y boca que cuando las mujeres no hacían nada o hablaban con su bebé.
Los autores del estudio destacaron que los movimientos realmente fueron intencionales y que responden directamente a la fuente de estimulación.
Los investigadores creen que esto puede deberse a que la piel de los fetos aumentan su sensibilidad en estas semanas.