Las alergias se desarrollan cuando el sistema inmunitario reacciona frente a sustancias normalmente inofensivas de nuestro entorno (alérgenos) como si fueran patógenos, y aunque el desarrollo de una alergia depende de muchos factores, uno de ellos es el primer contacto con un alérgeno.
Durante el trabajo, los investigadores analizaron el líquido amniótico de unas 20 mujeres: ocho después del parto y 12 que se sometieron a una prueba de amniocentesis diagnóstica entre las semanas 15 y 20 de gestación.
En cada muestra se analizó la presencia de los alérgenos alimentarios más comunes procedentes de la leche, la fruta, el huevo, el pescado, los frutos secos y el trigo.
De acuerdo con el artículo, la mayor concentración de alérgenos se encontró en las muestras obtenidas entre la semana 15 y la 20.
Según los autores, esto se debe a que hasta la semana 20 la contribución materna es esencial en la formación del líquido amniótico, y los alérgenos entran a través de los alimentos que ingiere la madre.
“Después de 20 semanas, el feto participa en la formación de líquido amniótico y al final del embarazo es el que está más involucrado en su formación, lo que hace que disminuya la influencia en la dieta materna en el nivel de alérgenos alimentarios” , explica el investigador de la Fundación Jiménez Díaz y coautor del estudio, Carlos Pastor.